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2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

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¡Bienvenidos, hermanos!
¿Han pensado en lo que vimos
en la reunión anual del 2023?
¿Recuerdan cómo se destacó
la misericordia de Jehová,
“el Juez de toda la tierra”?
Nos emocionó mucho saber que personas
que murieron en el Diluvio
o en la destrucción de Sodoma y Gomorra,
y hasta algunos que quizás se arrepientan
durante la gran tribulación,
podrían beneficiarse
de la misericordia de Jehová.
Después de escuchar ese programa,
¿han estado pensando y pensando
en la misericordia de Jehová?
Pues el Cuerpo Gobernante también.
Hemos estado orando, estudiando,
meditando y hablando del tema...
Nos hemos centrado en cómo Jehová trató
a los que cometieron
pecados graves en el pasado.
En este informe, analizaremos brevemente
el ejemplo que Jehová
nos dejó en la Biblia.
Luego explicaremos algunas novedades
sobre la manera de tratar pecados graves
en la congregación cristiana.
En 2 Pedro 3:9 dice que Jehová
“no desea que ninguno sea destruido,
sino que todos lleguen a arrepentirse”.
¿Qué nos enseña este texto?
Nos ayuda a entender
que Jehová quiere que la gente
se arrepienta y pueda vivir.
Cuando Adán y Eva se rebelaron,
condenaron a la humanidad
al pecado y la muerte.
¿Qué hizo Jehová entonces?
Enseguida tomó medidas para ayudar
a tantos descendientes de Adán
como fuera posible
a obtener la vida.
Con el sacrificio de Jesús,
Jehová hace posible
que se cubran los pecados
de todos los que demuestran fe
y se arrepienten.
Esas personas pueden vivir para siempre.
Por eso no nos extraña
que a lo largo de la Biblia
encontremos a Jehová
animando a los pecadores a arrepentirse
y a los que se han alejado
de la adoración verdadera
a volver.
Y esto encaja con lo que dice
Romanos 2:4:
Veamos algunos casos en los que Jehová
trató de llevar a pecadores
hacia el arrepentimiento.
Caín odiaba tanto a su hermano Abel
que quería matarlo,
pero Jehová tomó la iniciativa
y trató de razonar con él.
Otro ejemplo:
Jehová usó al profeta Natán
para llevar a David
hacia el arrepentimiento.
¿Y qué pasó con la nación de Israel?
Jehová siguió interesándose por ellos,
hasta cuando ellos
no querían arrepentirse.
En Ezequiel 33:11,
Jehová le ruega a la nación de Israel:
¿Qué aprendemos de esto?
Aunque Jehová no obliga a nadie
a arrepentirse de sus pecados,
les ha demostrado muchísima compasión
a los seres humanos imperfectos.
Él ha hecho hasta lo imposible
por darnos su perdón,
por tocar el corazón de los pecadores
y por llevarlos hacia el arrepentimiento
siempre que se puede.
¿Verdad que Dios
es muy compasivo y misericordioso?
El Cuerpo Gobernante
ha orado sobre el tema
y ha analizado
cómo se podría reflejar mejor
la misericordia de Jehová
cuando un cristiano peca.
Y, gracias a eso,
comprendemos mejor tres textos bíblicos.
Veamos el primero;
es 2 Timoteo 2:24, 25.
Ahí Pablo dijo:
¿A quiénes se estaba refiriendo Pablo
cuando dijo
“los que no tienen una buena actitud”?
Una nota de 2 Timoteo 2:25
en la Biblia de estudio en inglés explica:
Hoy en día,
estos pudieran ser hermanos y hermanas
de la congregación
que pasan por alto los consejos bíblicos
y cometen un pecado grave.
Cuando alguien comete un pecado grave,
necesita la ayuda de los ancianos.
Por eso un comité de ancianos
se reúne con él.
El objetivo de estos ancianos
no es solo juzgar
si la persona está arrepentida,
sino también hacer
lo que dice 2 Timoteo 2:24, 25.
Los ancianos deben
corregir y enseñar al hermano
con apacibilidad.
Entonces, ¿cuál es su misión?
Vean lo que dice otra nota de estudio
para 2 Timoteo 2:25:
Así que los ancianos
tienen la meta de llevar al pecador
hacia el arrepentimiento.
Entender mejor 2 Timoteo 2:24, 25
nos ha llevado a hacer algunos cambios.
Hasta ahora, por lo general,
un comité de ancianos
se reunía con el pecador
una sola vez.
Sin embargo,
el Cuerpo Gobernante ha decidido
que el comité puede decidir
reunirse con él
más de una vez.
¿Por qué?
En Apocalipsis 2:21
se habla de una tal “Jezabel”.
Jesús dijo de ella:
“Le di tiempo para que se arrepintiera”.
Esperamos que,
mediante los esfuerzos
y el cariño de los ancianos,
Jehová ayude al cristiano
que se ha descarriado
a recobrar el juicio y a arrepentirse.
Si la persona se arrepiente,
el comité la pastoreará
para que pueda escapar
de las trampas de Satanás
y siga haciendo rectos
los caminos para sus pies.
Este procedimiento refleja
lo que hizo Jehová
para ayudar personalmente a David
y a la nación de Israel a arrepentirse.
¿Y qué ocurre cuando un menor bautizado
—que tiene menos de 18 años—
comete algún pecado grave?
Hasta ahora,
un comité de ancianos
se reunía con el menor
y con sus padres cristianos.
Pero, a partir de ahora,
dos ancianos se reunirán
con el menor y sus padres Testigos.
Los ancianos averiguarán
qué medidas han tomado los padres
para ayudar a su hijo a arrepentirse.
Si el menor tiene una buena actitud
y está aceptando la ayuda de sus padres,
los dos ancianos podrían decidir
que ya no es necesario
tomar medidas adicionales.
Claro, los ancianos
hablarán con los padres de vez en cuando
para comprobar que el menor
está recibiendo la ayuda necesaria.
Pero ¿y si el menor no se arrepiente
y sigue pecando?
¿Qué se hace entonces?
En ese caso,
un comité de ancianos se reunirá con él
y con sus padres cristianos.
El Cuerpo Gobernante está seguro
de que estos cambios reflejan
el deseo de Jehová
de llevar a los pecadores
hacia el arrepentimiento.
Él quiere que “recobren el juicio
y escapen de la trampa del Diablo”.
Jehová “no desea
que ninguno sea destruido,
sino que todos lleguen a arrepentirse”.
Analicemos el segundo texto.
Es 1 Corintios 5:13, que dice:
La Biblia enseña claramente
que hay que sacar de la congregación
a un pecador que no se arrepiente.
Y en realidad
es una consecuencia
que él mismo ha provocado.
¿Por qué?
Porque los ancianos
han intentado con amor varias veces
llevarlo hacia el arrepentimiento,
pero él se ha negado a hacerles caso.
Cuando los ancianos
le informen a una persona
que se le va a sacar de la congregación,
no la dejarán
sin la esperanza de volver.
El comité no solo le explicará
los pasos que debe dar
para que la congregación
la reciba de nuevo.
¿Qué más harán los ancianos?
Ellos le dirán a la persona
que les gustaría reunirse con ella
en unos pocos meses
para ver si ha cambiado de actitud.
Si la persona acepta reunirse,
los ancianos tratarán con cariño
de hacer que se arrepienta y vuelva.
¿Qué pasa con las personas
que fueron expulsadas en el pasado,
quizás hace muchos años?
En algunos casos,
tal vez ni siquiera recuerden
por qué se les expulsó.
Puede que hayan abandonado hace años
su mala conducta.
El Cuerpo Gobernante ha decidido
que los ancianos
deben visitar a esas personas,
orar con ellas y animarlas con cariño
a que vuelvan a la congregación.
Si alguien lleva muchos años alejado
de la congregación,
sin duda estará
muy débil espiritualmente.
Por eso, si la persona quiere,
los ancianos pueden decidir
que se le den clases de la Biblia
incluso antes de que sea readmitida.
Por supuesto, la persona debe tener
el deseo de volver a la congregación,
y los ancianos siempre serán
los que se encarguen
de organizar el curso.
Como hemos visto,
Jehová es compasivo
con los pecadores imperfectos,
y nosotros también queremos
que el mayor número de personas
sepa que la puerta está abierta
para que vuelvan a la congregación.
Si usted está viendo este informe
y está expulsado,
por favor, acepte la ayuda
que le den los ancianos
para volver a la congregación.
Si no conoce a los ancianos
de la zona en la que vive,
vaya al Salón del Reino
o incluso llame por teléfono
y solicite ayuda espiritual.
Jehová quiere
que usted vuelva a su hogar,
y nosotros también.
De acuerdo con las instrucciones
que da la Biblia
en 1 Corintios 5:11,
cuando se saca a una persona
de la congregación,
dejamos de relacionarnos con ella,
ni siquiera comemos con ella.
Eso quiere decir que,
si a alguien se le saca
de la congregación,
dejamos de socializar con él.
Sin embargo, eso no quiere decir
que un hermano no pueda invitar
a una persona expulsada
a una reunión de congregación.
Podría tratarse de un familiar,
un antiguo estudiante
o alguien que fue
un amigo cercano en el pasado.
Qué bueno que este cambio llega
justo ahora, en este momento,
mientras nos preparamos
para la reunión más importante del año,
la Conmemoración,
que se celebrará el domingo 24 de marzo.
¿Qué haremos si una persona expulsada
va a una reunión al Salón?
Hasta ahora,
no saludábamos a las personas
a las que se había sacado
de la congregación.
Pero el Cuerpo Gobernante
ha decidido que los publicadores,
según su conciencia
entrenada por la Biblia,
pueden decidir si saludarán y le darán
la bienvenida brevemente
a una persona expulsada
que asiste a una reunión.
Hola, nos alegra mucho verte aquí.
Gracias.
Aunque no tendríamos
una conversación larga
ni trato social con esa persona,
no es necesario ignorarla por completo.
Esto nos lleva al tercer texto:
2 Juan 9-11.
Ahí dice:
¿No dice este texto que acabamos de leer
que no saludemos a nadie
que haya sido sacado de la congregación?
Después de analizar el contexto
de estos versículos,
el Cuerpo Gobernante ha concluido
que el apóstol Juan en realidad
estaba hablando de apóstatas
y de los que promueven activamente
alguna mala conducta.
Con razón Juan les ordenó
a los cristianos
que ni siquiera saludaran
a esa clase de personas,
para que se protegieran
de su mala influencia.
Por eso, si se sabe que un expulsado
es un apóstata
o alguien que promueve
una mala conducta,
los ancianos no lo visitarían
y ningún cristiano lo saludaría
ni lo invitaría a asistir
a una reunión de congregación.
En este informe
hemos hablado del deseo de Jehová
de llevar a los pecadores
hacia el arrepentimiento
y se nos ha ayudado
a entender mejor tres textos
que hablan sobre
cómo tratar a los pecadores.
En armonía con 2 Timoteo 2:24, 25,
un comité de ancianos
corregirá y enseñará con amor al pecador
con el objetivo de llevarlo
hacia el arrepentimiento.
Como dice 1 Corintios 5:13,
si una persona se niega a arrepentirse,
se le debe sacar de la congregación.
Aun así, el comité intentará
ayudarla a ver la necesidad
de arrepentirse y volver,
y quedarán en reunirse de nuevo con ella
en pocos meses.
También se aclaró
nuestra manera de entender
2 Juan 9-11,
que como vimos
se refiere específicamente
a los apóstatas
y a los que promueven activamente
una mala conducta,
y no a todos los que han sido sacados
de la congregación.
Desde el momento en el que pecaron
Adán y Eva,
Jehová ha estado trabajando
para rescatar a los humanos
que se arrepienten.
Por supuesto, Jehová no es permisivo
ni evita que los pecadores
que no se arrepienten
sufran las consecuencias
de sus acciones.
Pero Dios es amor
y quiere que los pecadores
se reconcilien con él
siempre que sea posible.
Él no quiere que nadie sea destruido,
por eso les pide que se arrepientan.
Los ancianos tienen el honor
de colaborar junto con Jehová
a la hora de ayudar
a los pecadores a arrepentirse.
Nuestro amor por Jehová
se hace más grande
cuando meditamos en su amor,
misericordia y compasión.
Les alegrará mucho saber
que todo lo que hemos explicado
en este informe
se publicará en una serie de artículos
de la edición de estudio
de la revista La Atalaya.
Además, los ancianos
recibirán instrucciones
sobre cómo aplicar esta información.
Que Jehová nos dé su bendición
y nos ayude a aplicar estos cambios,
que reflejan su amor y su compasión.
Antes de terminar,
el Cuerpo Gobernante me ha pedido
que lea
el siguiente anuncio:
“El Cuerpo Gobernante ha decidido
que las hermanas, si lo desean,
pueden usar pantalones de vestir
al participar en el ministerio
y al asistir a las reuniones
y asambleas de circuito y regionales.
Si una hermana decide llevar
pantalones en esas ocasiones,
no deben ser informales,
sino dignos, modestos y apropiados.
Si una hermana participa en el programa,
debe llevar una falda o un vestido,
si esa es la costumbre
en el lugar donde vive.
Por supuesto,
las hermanas también pueden elegir
llevar falda o vestido
aunque no vayan a participar
en el programa.
Además,
los hermanos pueden decidir
si llevarán o no
saco, o chaqueta, o corbata
al participar en el ministerio
y al asistir a las reuniones
y asambleas de circuito y regionales.
Si un hermano decide no llevar saco
o corbata en esas ocasiones,
su forma de vestir debe ser apropiada,
modesta y digna,
no informal.
Si un hermano participa en el programa,
debe llevar saco, o chaqueta, y corbata,
si esa es la costumbre
en el lugar donde vive.
Por supuesto, los hermanos
pueden llevar saco o corbata
aunque no vayan a participar
en el programa.
Al visitar Betel,
sería apropiado que los hermanos
lleven saco, o chaqueta, y corbata,
y que las hermanas
lleven falda o vestido,
si esa es la costumbre
en el lugar donde viven”.
Los queremos mucho a todos.
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
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