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2025 | Informe 5 del Cuerpo Gobernante

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Hola a todos,
bienvenidos al programa.
Hoy vamos a hablar acerca
de los estudios académicos.
¿Les interesa?
Bien.
Pero primero tenemos
algunas noticias.
Desde el último informe,
se han celebrado ocho asambleas
especiales en los siguientes lugares:
Gante (Bélgica),
Glasgow (Escocia),
Zagreb (Croacia),
Sacramento (Estados Unidos),
otra más en Gante,
también en Kigali (Ruanda),
Yokohama (Japón)
y, finalmente,
Fort Lauderdale (Estados Unidos).
Nos encanta ver las radiantes sonrisas
y la unidad internacional
que hay entre los hermanos.
Al pensar en estas ocasiones
tan felices, se preguntarán:
“¿Qué hay de la asamblea
del año que viene?”.
¿Les gustaría saber el título
para la asamblea del 2026?
Es uno bueno, se titulará
“Felices para siempre”,
¿les gusta?
Además, queremos anunciarles
que el año que viene
se celebrarán 19 asambleas
internacionales en 17 países.
En septiembre,
se enviará más información
a las congregaciones.
Como se dijo recientemente
en la reunión de entre semana,
en septiembre, estaremos
muy ocupados con una campaña mundial
presentando la revista
La Atalaya que se titula
“Un mundo sin guerras es posible”.
¿Verdad que es un título apropiado?
Durante ese mes,
la portada de jw.org
destacará ese tema.
Así que podremos
usarla en la predicación.
¿Han pensado en hacer
el precursorado auxiliar?
Si es así, recuerden que pueden
elegir hacerlo de 15 o de 30 horas.
Y otra pregunta,
¿podrías ser precursor regular
a partir de septiembre?
También tendremos
un discurso especial
con el mismo título
que La Atalaya:
“Un mundo sin guerras es posible”.
El discurso especial se presentará
en la mayoría de las congregaciones
la semana del 22 de septiembre.
Ahora, durante el resto del informe,
hablaremos de los estudios académicos.
Aunque nos dirigiremos principalmente
a los jóvenes y a sus padres,
a todos nos conviene
escuchar esta información.
A muchos niños les preguntan:
“¿Qué quieres ser cuando crezcas?”.
Claro, la mejor carrera
es el servicio de tiempo completo.
Aun así, los que escogen esa carrera
también tienen que ganarse la vida.
En algunos lugares,
con la educación básica se puede
conseguir un empleo para mantenerse;
pero en otros sitios
hacen falta estudios adicionales
si se quiere conseguir
un empleo que tenga un horario
y un sueldo razonables.
En ese caso, un hermano
quizás se pregunte:
“Y yo, ¿debería seguir estudiando?
Si es así, ¿qué estudio?”.
¿A qué nos referimos
con estudios adicionales?
Pues a cualquier educación
o formación que se adquiere
después de la educación básica
estipulada por el gobierno.
Esto pudiera incluir estudios cortos
o largos en universidades,
en escuelas técnicas,
vocacionales,
escuelas de oficios
y cualquier otra educación
especializada.
¿Es correcto que un cristiano
tome la decisión de seguir estudiando?
En este informe, nos gustaría aclarar
lo que pensamos de este tema.
Aunque algunos tipos de educación
pueden encerrar ciertos peligros,
básicamente, la decisión
de seguir estudiando o no
es una decisión personal.
En Gálatas 6:5,
la Biblia dice:
Así que cada adulto
debe decidir por sí mismo
si va a seguir estudiando o no.
Y, en el caso de los menores,
los padres son los responsables
de esa decisión.
Y, además, deben guiar a sus hijos
para que, cuando sean adultos,
tomen buenas decisiones
sobre sus estudios.
¿Qué nos ayudará a tomar
buenas decisiones
en lo que tiene que ver
con los estudios?
Cada cristiano adulto
—y en el caso de los menores
cada cabeza de familia—
debe orar y pensar
en principios bíblicos
y en todo lo que implicaría
un determinado programa de estudios
antes de tomar una decisión.
Y, aunque un anciano
o un cristiano maduro
puede comentar con nosotros
los pros y contras
de obtener estudios adicionales,
ningún cristiano
—ni siquiera los ancianos—
debe juzgar la decisión personal
que tome un hermano.
Seguir estudiando
tiene ventajas y desventajas.
¿Qué te ayudará a tomar
una buena decisión?
Recordemos el consejo
de Proverbios 14:15.
En parte dice:
Ora sobre el tema.
Voy a repetirlo,
ora sobre el tema.
Si eres joven,
háblalo con tus padres.
Después, hay que seguir estos pasos:
primero, piensa en tus motivos.
Y, segundo, analiza
lo que implicarán esos estudios.
Hablemos más de estos dos pasos.
Primero,
piensa en tus motivos.
Pregúntate:
“¿Por qué quiero estudiar más?”.
Muchas personas lo hacen
para conseguir un trabajo que les gusta,
en el que pagan mejor
o hay mejor horario.
¿Son malos motivos?
No necesariamente.
A un hermano quizás
eso le permita ser precursor
o servir a tiempo completo
de otra manera.
Pero la Biblia nos advierte
que no seamos materialistas
o pensemos que solo el dinero
nos dará seguridad.
Si tu motivación es obtener
riquezas o prestigio,
no solo puede que al final
te sientas vacío,
sino que probablemente
te alejarás de Jehová.
Nada, voy a repetir esto,
nada debería ser más importante
para nosotros que servir a Jehová.
Así que la razón
por la que querríamos estudiar más
debería ser poder mantenernos
y llevar una vida centrada
en servir a Jehová de todo corazón.
Recuerden lo que dijo Jesús
en Mateo 6:33:
Veamos el caso de una hermana
llamada Josefina.
Ella hizo un curso para trabajar
en un salón de belleza.
La hermana dijo:
“Decidí estudiar para tener un trabajo
que me permitiera servir más a Jehová.
Los estudios no eran
lo más importante de mi vida,
mis metas espirituales sí”.
Otra hermana, llamada Iris,
hizo un curso más largo relacionado
con la odontología.
Ella dice que estudiar más
tiene ventajas,
pero no te va a dar verdadera
felicidad y satisfacción.
Y añade: “La fórmula es sencilla.
Si Jehová es el centro de tu vida,
la felicidad y la satisfacción
están garantizadas”.
Así es,
cuando nuestra amistad con Jehová
es lo más importante de nuestra vida,
tomamos decisiones
que nos hacen felices de verdad.
Un segundo paso para tomar
buenas decisiones
es analizar lo que implicarán
los estudios que elijamos.
¿Podrías ganarte la vida
sin tener que estudiar más?
Muchos precursores lo hacen
trabajando a tiempo parcial.
Otra hermana
llamada Johanna, de Finlandia,
no cursó estudios adicionales.
Ella dice:
“Después de la escuela,
me hice precursora
y trabajé a tiempo parcial.
He tenido muchos trabajos,
y he visto que Jehová
siempre cumple su promesa
de darnos lo necesario”.
Joven, si hablas de esto
con tus padres con antelación,
podrán investigar juntos
diferentes opciones.
Quizás ya puedas
elegir asignaturas
que te preparen
para un futuro trabajo
o estudios adicionales.
Y, si estás pensando
en estudiar más,
¿cuánto tiempo necesitarás?
¿Tendrás suficiente tiempo
para tus actividades espirituales
y obligaciones familiares?
¿Te dejarán los estudios
agotado mentalmente,
sin fuerzas para prepararte
para las reuniones
o para tu estudio personal?
¿Y qué hay de la duración?
¿Cuántos meses o años
durarán tus estudios?
Eclesiastés 12:1
les aconseja a los jóvenes:
Entonces, joven,
¿te permitirán los estudios adicionales
darle a Jehová lo mejor,
quizás sirviendo a tiempo completo
mientras todavía eres joven?
¿Hay cursos más cortos
de lo que quieres estudiar?
Piensa también en otros
detalles importantes
como el lugar y cuánto costará.
Quizá tengas la posibilidad
de estudiar cerca de tu casa.
Pero ¿y si tienes
que mudarte a otra ciudad
o incluso tienes que ir a vivir
a un campus universitario?
¡Cuidado!
Mudarte y vivir lejos de tu familia
podría ser peligroso
para tu espiritualidad.
Sobre todo si vas a vivir con familiares
u otras personas que no sean Testigos.
Si decides seguir estudiando,
¿podrías hacerlo sin tener
que mudarte de casa
o incluso estudiar por internet?
Recuerda el importante consejo
que dio Jesús en Lucas 14:28.
Él habló de pensar bien las cosas.
Dijo:
En algunos países,
los estudios adicionales no son caros.
Y hasta puede que el Gobierno los pague.
Pero en otros países
hay que endeudarse durante años
para poder pagar esos mismos estudios.
Así que el momento de pensar
si vas a seguir estudiando
es antes de hacerlo,
no cuando ya hayas empezado.
Hay otro factor muy importante:
el mercado laboral.
¿De verdad te ayudarán tus estudios
a encontrar un trabajo?
Y, lo que es más,
¿te permitirán poner
el Reino en primer lugar?
Bueno, digamos que ya oraste,
pensaste en por qué querías estudiar
y en lo que eso implica.
Si eres joven ya habrás hablado
de las distintas opciones
con tus padres,
ya habrás pensado en los riesgos
y tienes un plan realista.
Entonces tomas la decisión
de tener estudios adicionales.
¿Cómo puedes seguir siendo
amigo de Jehová mientras estudias?
Sigue el consejo que Jehová
te da en Filipenses 3:16.
Dice:
El verbo griego que se traduce “andar
correctamente por ese mismo camino”
se solía usar en contextos militares.
Ese término describía la manera unida
en la que marchaban los soldados.
Así que, si decides
continuar tus estudios,
tendrás que seguir marchando
como un siervo de Jehová
sin detenerte, ni retroceder.
¿Qué te ayudará a lograrlo?
Una clave:
nunca abandones
tus actividades espirituales.
Los estudios pueden ser
muy muy exigentes.
Si no tienes cuidado,
podrías empezar
a quitarle importancia
a tu servicio a Jehová.
Hasta podrías descuidar
tus actividades espirituales.
Seguro que quieres hacer
lo que dice 1 Corintios 15:58:
Pregúntate:
“¿Ya sé lo que voy a hacer
para seguir asistiendo a las reuniones,
predicando y haciendo
mi estudio personal?”.
Recuerda que tu servicio
a Jehová va primero,
y tus estudios, después.
Una hermana
llamada Samanta dijo:
“Me prometí a mí misma que,
si algún día mis estudios
se ponían entre Jehová y yo,
entonces dejaría los estudios”.
Otra clave sería proteger
tu capacidad de pensar.
Lo que estudies te podría exponer
a “filosofías y razonamientos falsos”,
como el ateísmo o la evolución.
O podría enseñarte a confiar
demasiado en ti mismo.
En Proverbios 5:1, 2
la Biblia te aconseja
que “protejas
tu capacidad de pensar”.
Y para proteger
tu capacidad de pensar
tienes que convencerte
de que la Biblia tiene la verdad
antes de continuar tus estudios.
Podrías hacerte preguntas como estas:
“¿Por qué creo en Dios?
¿Por qué creo que las normas
de la Biblia son lo mejor para mí?”.
Si decides tener estudios adicionales,
asegúrate de ser un buen estudiante
de la Palabra de Dios.
Otro factor clave
que debes tener en cuenta
es cómo vas a manejar tu tiempo.
Tus estudios pueden
exigirte mucho tiempo.
Si no aprendes a manejarlo bien,
puedes estresarte demasiado
o incluso enfermarte.
¿Cómo puedes evitarlo?
Efesios 5:15, 16 dice:
Mientras estés estudiando,
pregúntate con frecuencia:
“El horario que tengo,
¿me permite cuidarme física
y espiritualmente,
y también estudiar?
¿O es hora de hacer
algunos cambios?”.
Y la última clave que vamos
a analizar hoy es decidir bien
con quién vas a pasar tu tiempo.
Si al final vas a tener
estudios adicionales,
quizás tus compañeros
te quieran incluir en su vida social.
Pero debes tener cuidado.
Aunque compartes el salón de clase
con tus compañeros,
no compartes sus valores.
Y, si pasas mucho tiempo con ellos,
su manera de pensar
se te puede pegar.
La Biblia nos advierte de los peligros
de las malas compañías.
Proverbios 13:20 dice:
Cada mes, más o menos, pregúntate:
“¿Siguen siendo mi prioridad
las actividades espirituales?
¿Tengo un horario equilibrado?
¿Sigo convencido
de que la Biblia tiene la verdad?”.
Si te das cuenta
de que algo anda mal,
¡haz algo rápido!
No permitas que tus estudios
te impidan servir a Jehová
con todo el corazón.
Bueno, ¿qué hemos visto hasta aquí?
Decidir tener estudios adicionales
o no es un asunto personal.
Pero recordemos:
hay que pensar si pondrán
en peligro nuestra espiritualidad.
¿Cómo se puede decidir bien?
Siguiendo los principios de la Biblia.
Hay que orar,
repito, hay que orar
para analizar nuestros motivos
y lo que implicarán esos estudios.
Y, si eres joven,
habla de las opciones disponibles
con tus padres.
Si decides continuar con tus estudios,
¿qué te ayudará a seguir
siendo amigo de Jehová?
No descuides
tus actividades espirituales,
protege tu mente,
aprende a usar bien el tiempo
y elige bien tus compañías.
Nunca olvides tu meta.
Y tu meta no es ser
alguien en este mundo,
es darle gloria a Jehová.
Queridos hermanos,
recuerden que los queremos
a todos muchísimo.
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