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Rompe las cadenas de la presión de grupo

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Sea que estés en la escuela o no,
seguro que te enfrentas
a un montón de presión...
... por todo lo que tienes que estudiar,
por esas montañas de tareas...
... y también por causa
de otros chicos.
Quieren que practiques sexo...
... que hagas trampas...
... o que fumes o tomes drogas.
Sabes que lo que quieren que hagas
está mal,
pero a veces
sientes que te estás
perdiendo algo bueno.
Y no eres el único
que se siente así.
Desde que el mundo es mundo,
los jóvenes han tenido que luchar
para librarse de la presión de grupo.
Pero hay una forma
de romper esas cadenas.
La Biblia nos explica cómo.
Éxodo 23:2 te dice
que no debes
seguir a la mayoría.
O sea, que no debes hacer algo
tan solo porque los demás lo hagan.
Toma tus propias decisiones.
Pero ¿cómo se hace eso?
¿Qué te dará las fuerzas
para enfrentarte a la presión?
Sigue estos cuatro pasos.
Uno:
Mantente alerta
ante los peligros.
Piensa en qué momentos
puedes verte presionado
a hacer algo malo.
Cuando veas venir problemas,
no vayas directo
a su encuentro.
Cambia de rumbo y evítalos.
Dos:
Detente y piensa.
Piensa en lo que puede pasar
si cedes a la presión.
Proverbios 14:15
dice que las personas inteligentes
vigilan sus pasos.
Así que no te lances enseguida
a hacer lo que otros te digan.
Claro, es difícil controlarse,
y más si quieres
caerles bien a los demás.
Por eso, hay que usar
la imaginación.
¿Cómo te sentirás luego si cedes?
¿Qué podría pasar?
¿Cómo vas a hacer sentir
a quienes de verdad te quieren?
Tercer paso:
Prepárate de antemano.
En Proverbios 24:5
leemos que quien
obtiene conocimiento
se hace poderoso.
Entender claramente
por qué algo está mal
te dará las fuerzas necesarias
para resistir la presión
y decir que no.
Y ahora el paso número cuatro:
Actúa.
No, no es que tengas que darles
un discurso a tus amigos.
Solo diles que no,
y dilo con seguridad.
Puede que te sorprenda su reacción.
Cada vez que logres
vencer la presión,
te harás más fuerte.
Y la próxima vez será
más fácil enfrentarte a ella.
No tienes que contestarles
mal a tus amigos.
Si acaso,
podrías darles una buena razón
para decir que no.
Tal vez te sigan presionando,
pero recuerda:
si cedes a la presión
de tus compañeros,
te convertirás en su marioneta
y te controlarán.
La presión de grupo
siempre existirá,
pero recuerda
que puedes combatirla.
Mantenerte alerta...
... pensar en lo que podría suceder...
... prepararte bien...
... y actuar...
... te ayudará a vencer el miedo
y a hacerle frente
a la presión.
Si logras romper las cadenas
de la presión de grupo,
no serán otros
los que decidan por ti.