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¿Por qué podemos confiar en que la Biblia dice la verdad?

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Algunos dicen que la Biblia
es una colección de mitos y leyendas
que escribieron hombres buenos.
Sin embargo,
la misma Biblia dice
que es “palabra de Dios”,
quien “no puede mentir”.
Si Dios fuera el autor de la Biblia,
este libro tendría que ser diferente
a cualquier otro.
Por ejemplo,
lo que explica sobre el universo
debería coincidir
con lo que la ciencia
ha demostrado.
Al predecir el futuro,
sus profecías deberían
cumplirse sin excepción.
Y si en la Biblia se encontrara
lo que Dios quiere decir a la humanidad,
debería estar disponible a todos,
sin importar donde uno viva
o los intentos que se hayan hecho
para detener su distribución.
¿Es exacta la Biblia
o está llena de mitos?
Piense en los siguientes ejemplos
que muestran que la Biblia
es un libro extraordinario
y realmente confiable.
Cuando se escribió la Biblia,
muchas personas
tenían ideas equivocadas
sobre la forma de la Tierra.
Una de las teorías que surgieron
después de que se terminara
de escribir la Biblia
decía que el universo surgió
de un huevo cósmico
y que la Tierra se apoyaba
sobre distintas criaturas.
En cambio, alrededor del año 1473
antes de nuestra era,
Moisés escribió que la Tierra
está suspendida “sobre la nada”.
Y cerca del año 732
antes de nuestra era,
el profeta Isaías escribió
que la Tierra es un círculo, o esfera.
Estos escritores de la Biblia
apoyaron ideas contrarias
a las que tenían las personas
en esa época.
No fue hasta unos doscientos años
después de los días de Isaías
que Pitágoras dijo
que la Tierra era una esfera.
Y tuvieron que pasar más de tres mil años
desde los escritos de Moisés
para que científicos
como Isaac Newton
se dieran cuenta de que la Tierra
está suspendida sobre la nada.
Ningún hombre puede
predecir con detalle
lo que ocurrirá en el futuro.
Sin embargo,
el profeta Isaías
predijo alrededor del año 732
antes de nuestra era
que un hombre llamado Ciro
conquistaría
la poderosa ciudad de Babilonia.
Dijo que él secaría un río
y que se encontraría
las puertas de la ciudad abiertas.
La historia confirma
que se cumplieron
todos los detalles de esta profecía.
El profeta Jeremías predijo
que Babilonia se convertiría
en “un montón de piedras”
y que nunca más
volverían a vivir personas
en esa ciudad.
Aunque Babilonia estaba ubicada
en una zona estratégica,
con el tiempo se convirtió
en un montón de piedras
y sigue así hasta el día de hoy.
A lo largo de la historia,
hombres con autoridad
han intentado detener la distribución
o la traducción de la Biblia.
Han quemado en la hoguera
a quienes la tradujeron a otros idiomas
y han perseguido a los que la leían.
La Biblia ha sobrevivido
al ataque más prolongado
que jamás ha sufrido un libro.
Y no solo eso,
se ha convertido en el libro
más traducido y distribuido
de todos los tiempos.
Se han impreso
miles de millones de ejemplares
y se ha traducido
a unos 2.700 idiomas.
La Biblia coincide
con lo que la ciencia ha demostrado,
sus profecías son confiables
y está disponible a todos.
Desde luego
tenemos buenas razones
para creer que fue inspirada por Jehová,
el Dios que no puede mentir.
Pero quizás se pregunte:
Si quiere saber lo que dice la Biblia
sobre este y otros temas,
vaya a jw.org.