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En el mundo de hoy
estamos recibiendo información
constantemente y por todos lados.
Es bueno estar informado.
Pero no todo lo que
nos llega es cierto,
así que ¡cuidado con la
información falsa!
A veces lo que escuchamos
son simplemente opiniones,
verdades a medias,
teorías conspiratorias
e incluso mentiras descaradas
que se presentan como hechos reales.
La información falsa, además
de ser inexacta, es peligrosa.
Puede hacer que alguien
tome una mala decisión
o que no haga caso
de las señales de peligro.
Por eso,
¿qué puedes hacer tú para protegerte
de la información falsa?
En Job 12:11
la Biblia dice que deberías probar
las palabras
igual que haces con la comida
cuando comes algo por primera vez.
Si está malo,
en vez de tragártelo,
directamente lo escupes.
De la misma forma,
antes de creer algo o
de contárselo a otras personas,
deberías ponerlo a prueba.
Hay dos maneras de hacerlo.
La primera:
averigua la fuente.
¿Sabes en realidad de dónde salió
esa información?
¡No te dejes engañar
por las apariencias!
Algo que veas publicado en internet
puede parecer oficial,
pero detrás de las cámaras
puede que haya alguien
simplemente esparciendo rumores
o hablando de sus propias ideas.
Y con algo que se conoce
como
tecnología
ultrafalsa o deepfake,
algunas personas
con malas intenciones
cambian las caras y voces
de un video
para crear una noticia
totalmente falsa.
Por eso, aunque muchas personas
estén repitiendo la noticia,
sigue el consejo de la Biblia
en 1 Tesalonicenses 5:21
y comprueba todas las cosas.
Compara lo que escuchaste
con otras fuentes
y comprueba que sea verdad.
La segunda manera de poner
a prueba la información
es pensar en qué objetivo tiene.
¿De verdad te están contando
todos los hechos?
¿O solo te presentan
parte de la historia?
Algunos informes tuercen las noticias
dándoles más importancia
a algunos detalles
y minimizando otros
para manipular tu opinión.
Puede que sean hasta
teorías conspiratorias,
es decir, afirmaciones de que
un grupo planea un complot secreto
para provocar una tragedia
o una crisis.
Muchas veces,
el objetivo es promover
el prejuicio y el odio.
Estas teorías se esparcen tan rápido
como se esparce un fuego,
pero son solo eso, teorías.
Y a veces están basadas
en mentiras malintencionadas.
Por eso, ¡que no te engañen!
Además, es importante que,
antes de gastar tu tiempo
y tus energías
comprobando todo lo que oyes,
te preguntes:
“¿De verdad me importa tanto?”.
Algunos titulares sensacionalistas
destacan noticias insignificantes.
Pero, si les haces caso
a todas las notificaciones,
puedes acabar aplastado bajo
una avalancha de información
y estresado por cosas que son
solo opiniones y no noticias reales.
Si te sientes agobiado,
¿por qué no desactivas
algunas notificaciones?
Busca solo la información
que necesites
y cuando la necesites.
Claro, la información falsa
no solo se difunde por internet,
sino también
por lo que cuenta la gente.
Incluso amigos
con buenas intenciones
a veces solo repiten
lo que han escuchado.
Por eso, sea que leas algo,
lo escuches de otra persona
o te lo reenvíe un amigo,
recuerda las palabras
de Proverbios 14:15:
“El ingenuo se cree todo
lo que le dicen,
pero el prudente mide bien
todos sus pasos”.
En otras palabras,
no te creas todo lo que te digan
sin pensarlo dos veces.
Pero eso no significa que no puedas
confiar en nada ni en nadie.
Si escuchas algo que te preocupa
o que te parece sospechoso,
habla con alguien
en quien puedas confiar,
alguien de más experiencia
que pueda ayudarte
a saber cuál es la verdad.
Entonces, tómate el tiempo
para averiguar las fuentes,
piensa en qué objetivo
tiene la información
y no te sobrecargues
con noticias sin importancia.
Así tendrás información exacta
y no información falsa;
tomarás buenas decisiones
y te mantendrás a salvo.

Protégete de la información falsa