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¿Debería dejar la escuela?

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La escuela puede ser
muy estresante,
sea que estés
en un salón de clase
o que estudies desde casa.
A veces
hasta los mejores estudiantes
quisieran estar
en cualquier otro sitio.
Y, aunque estés allí,
puede que te desconectes
y no te enteres
de lo que está pasando.
¿Sufres de ansiedad o depresión?
Muchos jóvenes se aburren
o les cuesta concentrarse
en la escuela.
¿Te pasa a ti lo mismo?
¿Necesita tu familia
que ganes dinero
para ayudarlos?
¿Te preocupa el bullying
o la violencia en la escuela?
Estos problemas
te quitan las ganas
de ir a la escuela.
Puede que empieces
a faltar a clases
y cada vez te vaya peor
en los exámenes.
Y, si te va mal,
es más fácil que escuches
esa vocecita en tu cabeza que te dice:
“¡Deja la escuela!”.
¡Pero espera!
La Biblia enseña
que una persona inteligente
lo piensa muy bien
antes de hacer algo.
Primero,
piensa en cómo
te ayuda la escuela.
Estudiar no solo sirve
para aprender datos
sobre distintas materias.
En realidad, sirve
para entrenar tu cerebro.
Estudiar sobre varios temas
te prepara para aprender
cosas nuevas
y también habilidades útiles
como leer y escribir,
cosas que necesitarás
en el mundo real.
La Biblia nos anima
a desarrollar
“la sabiduría práctica
y la capacidad de pensar”.
La escuela es un buen sitio
para aprender
a resolver problemas.
Además, te ayudará
a conocerte mejor
y a relacionarte mejor
con los demás.
Claro, los problemas
van a seguir ahí,
pero lo que aprendas
en la escuela
te ayudará a afrontarlos.
También aprendes
a ser disciplinado
y a darles prioridad
a las cosas más importantes.
Además,
puedes aprender un oficio
y encontrar trabajo
después de graduarte.
Si dejas la escuela,
en el futuro se te hará
muy difícil encontrar trabajo.
Estudiar también te protege:
lo que has aprendido
te ayuda a razonar,
y eso hace más difícil
que otros se aprovechen de ti.
Entonces, si te está costando
mucho trabajo la escuela,
¡no te rindas!
Pídele ayuda a alguien:
a tus padres,
a un buen amigo
o a un profesor.
En zonas donde la ley lo permite,
algunos padres les dan
clases a sus hijos en casa.
Pero, sin importar
dónde vayas a clase,
ponte la meta
de seguir estudiando
y concentrarte.
Come saludable,
haz ejercicio
y duerme bien.
Si estás sano,
tu cerebro funciona mejor.
La Biblia dice
que el trabajo duro
tiene beneficios.
Por eso, vale la pena
pasar el trabajo
de terminar la escuela.
La escuela te ayudará
a descubrir y desarrollar habilidades
que no sabías que tenías,
a pensar y resolver problemas
y a estar preparado para cumplir
con las responsabilidades
que tendrás en la vida.