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2020 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

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¡Hola a todos!
El Cuerpo Gobernante
y la familia Betel de Estados Unidos
les mandan saludos muy cariñosos.
Queremos que sepan
que los queremos muchísimo,
que nos preocupamos por ustedes
y que oramos por ustedes
todos los días.
Sabemos que a muchos de ustedes
les está afectando
la pandemia del coronavirus.
No pueden ir a trabajar.
No pueden ir a la escuela.
No pueden ir al Salón del Reino
ni a predicar de casa en casa.
Algunos han perdido el trabajo
y no tienen ni idea de cómo
van a darle de comer a su familia.
Algunos de ustedes
tienen familiares que viven lejos
y que están solos en casa,
y están preocupados por ellos.
Por desgracia,
algunos están sufriendo mucho
porque perdieron un ser querido
por culpa de esta enfermedad.
Queremos que sepan
que estamos sufriendo por ustedes
y que todo esto nos duele mucho.
Es cierto que son momentos
muy difíciles,
pero es importante
que recordemos algo:
en realidad, no hay
ningún amigo de Jehová que esté solo.
Con su espíritu santo,
Jehová nos ayuda;
nos apoya aunque estemos
solos en casa.
Además, Jehová también nos ayuda
mediante pastores que nos quieren.
Y esto es justamente
lo que él nos ha prometido.
Vamos a leer Jeremías,
capítulo 23, versículo 4,
y verán cómo se está cumpliendo hoy
esta profecía.
Solo voy a leer una parte.
Esto es lo que Jehová
les prometió a sus ovejas,
que les iba a poner
“pastores que de verdad las pastoreen”.
Y luego al final dice:
“No faltará ninguna”.
Bueno, ¿pueden ver cómo Jehová
está cumpliendo esa promesa
mediante los ancianos?
Piensen, por ejemplo, en todo el trabajo
que están haciendo nuestros ancianos
para que no nos falte
alimento espiritual.
Preparan todo para que podamos conectarnos
a las reuniones de congregación,
hacen visitas de pastoreo
por videoconferencia,
organizan reuniones
para el servicio del campo
y se aseguran de que tengamos
todo lo necesario
para predicar por teléfono y por carta.
Claro, a ellos también les preocupa
que estemos bien físicamente.
Así que, de vez en cuando,
puede que también nos pregunten
si necesitamos comida,
algunas medicinas
y otras cosas básicas.
Si los ancianos le preguntan,
dígales, dígales lo que necesita.
También es posible
que le den algunas sugerencias
para proteger su salud.
Y, como se podrán imaginar,
cuando empezó la pandemia,
a los ancianos les surgieron
muchas preguntas.
Jamás se habían enfrentado a algo así.
Y de repente tenían que hacer
un montón de cosas
que nunca habían hecho:
crear cuentas para videoconferencias,
aprender a usar aplicaciones
como Skype® y Zoom
—¿qué es eso?—
y aprender todo lo que implica
organizar una reunión de congregación
completa por Internet.
Esto ha sido un enorme trabajo
para nuestros hermanos,
y queremos felicitarlos
porque lo están haciendo muy bien.
Los ancianos
tenían muchas preguntas,
pero a través de su organización
Jehová les dio la guía que necesitaban.
Y un ejemplo de esto
es algo que pasó en Canadá.
En el siguiente video escucharemos
al hermano Warren Shewfelt,
del Comité de Sucursal de Canadá,
que nos cuenta lo que ocurrió allí.
Ante la amenaza del coronavirus,
un cuerpo de ancianos
cerca de la sucursal de Canadá
se reunió para ver qué iban a hacer
para seguir teniendo
las reuniones de congregación.
Tenían muchas preguntas
sobre cómo cuidar espiritualmente
de los hermanos
sin desobedecer
las restricciones del Gobierno.
Así que le pidieron ayuda a Jehová.
Pero su reunión avanzaba
y aún no tenían claro
lo que iban a hacer.
Entonces un hermano
vio en su dispositivo
que había llegado
una carta de la sucursal
con instrucciones para los ancianos.
Mientras la leían,
se contestaban todas sus preguntas,
incluso otras que no se habían hecho.
Vieron esto
como la respuesta a sus oraciones.
Pero ahora tenían
menos de veinticuatro horas
para preparar
su primera reunión de congregación
por videoconferencia.
Oraron y siguieron paso a paso
las instrucciones,
y a la noche siguiente
toda la congregación
se reunió por videoconferencia.
La asistencia superó el 100%,
y una de las familias
que estuvo presente en la reunión
escribió a los ancianos:
“Muchísimas gracias
por todo lo que han hecho
para alimentarnos espiritualmente,
en directo.
Era precisamente
lo que necesitábamos. Gracias”.
¡Qué experiencia tan animadora!
Gracias, Warren.
Nos gustó mucho.
Esto me recuerda lo que dice
Isaías, capítulo 65, versículo 24:
“Incluso antes de que ellos llamen,
yo responderé;
mientras todavía estén hablando,
yo los escucharé”.
Sin duda, los superintendentes de circuito
son ancianos cariñosos.
Ellos son esenciales
para la comunicación
entre la sucursal y las congregaciones
cuando hay una emergencia.
Les voy a contar lo que nos pasó
a mi esposa y a mí en el 2010.
Fui a visitar a los hermanos de Haití
para animarlos
diez días después del gran terremoto
en el que murieron
cientos de miles de personas.
Por desgracia,
154 hermanos perdieron la vida.
Me reuní con los superintendentes
de circuito de Haití
y me enteré de que algunos de ellos
habían perdido a familiares.
Aun así, estaban al frente
de las labores de rescate
y no habían tenido tiempo
de llorar su pérdida.
Seguían buscando sobrevivientes.
¿Qué había dicho Jehová?
“Pondré [...] pastores
que de verdad las pastoreen [...],
y no faltará ninguna”.
Y aquellos pastores en Haití
se iban a asegurar
de que ninguno de sus hermanos faltara.
¿Sabía que los superintendentes
de circuito
hacen lo posible por seguir
atendiendo a las congregaciones?
¿Y cómo lo hacen?
En el siguiente video,
el hermano Paul Echon,
del Comité de Sucursal de Filipinas,
nos explica cómo se están atendiendo
hasta las congregaciones más aisladas.
Veamos.
Un superintendente de circuito
de Filipinas
nos escribió para contarnos
cómo le fue al usar la “app” Zoom
para visitar por videoconferencia
a dos de las congregaciones
más lejanas de su circuito.
Normalmente se llega a estas islas
en pequeñas barcas
y el viaje suele tomar
de cinco a ocho horas,
dependiendo del estado de la mar
y del tamaño de las olas en el Pacífico.
Por la pandemia, no se puede viajar
a las islas de Patnanungan y Jomalig.
El viajante y su esposa
le oraron mucho a Jehová
y le pidieron que los ayudara a visitar
de algún modo a las congregaciones
durante las dos últimas semanas
de marzo.
Solo unos días después,
recibieron una carta de la sucursal
dándoles alternativas
para visitar a las congregaciones.
Por ejemplo, podían usar
herramientas “on line”
para hacer visitas virtuales
por videoconferencia.
Enseguida, el viajante
informó a los ancianos,
y ellos, emocionados, se lanzaron a probar
este nuevo método de comunicación.
Las visitas fueron un éxito.
Los hermanos
estaban muy agradecidos
y se dieron cuenta
de lo mucho que Jehová los quiere.
El superintendente de circuito
dijo lo siguiente sobre lo que pasó:
“Está claro que ningún coronavirus
puede impedir que Jehová,
que es tan poderoso,
les dé a sus siervos
el ánimo que necesitan.
Estamos más decididos que nunca
a animar a nuestros hermanos
y a ayudarlos a seguir confiando
de todo corazón en Jehová.
Como dice el Salmo 91:2:
‘Tú eres mi refugio y mi fortaleza’”.
¿Qué dice Jeremías 23:4?
Que “no faltará ninguna” oveja.
Jehová sabe dónde están
todas sus ovejas
y se asegura
de que estén bien atendidas.
Gracias, Paul.
Y, por favor,
envíales nuestros cariñosos saludos
a los hermanos de Filipinas.
Los queremos muchísimo.
Entonces, ¿cuáles son las ideas
que queremos recordar?
Dos ideas.
La primera.
Estamos seguros de que Jehová
continuará guiando a su organización
en cada momento.
Y cuánto nos fortalece ver
que a veces la organización
ha ido un paso o dos por delante
de las autoridades
al dar instrucciones
para proteger al rebaño.
Esta es la primera idea:
Jehová seguirá dirigiendo
a su organización.
Segundo.
¿Cuál será una manera como lo hará?
Por medio de los ancianos,
que son pastores amorosos.
Y por encima de ellos
está el que dijo:
Por favor, hermanos,
cuídense mucho.
No se arriesguen.
Obedezcan las instrucciones
de las autoridades superiores.
Aquí, en Betel,
seguimos al pie de la letra
todas las instrucciones que recibimos.
Si las autoridades le dicen
que no salga de su casa, no salga.
Practique el distanciamiento social.
Siga las noticias,
pero no se obsesione.
No las vea demasiado.
Puede ser deprimente.
¿Y en qué época estamos?
En la época de la Conmemoración.
Así que ¿en qué deberíamos
estar concentrados estos días?
En el increíble regalo del rescate;
en el amor de Jehová;
en el amor de Jesucristo.
Tenemos que meditar
en estas cosas.
Cuando se sienta solo o angustiado,
repítase las tranquilizadoras palabras
de Hebreos 13:5:
“Nunca te dejaré
y jamás te abandonaré”.
“Nunca te dejaré
y jamás te abandonaré”.
Seguiremos orando por ustedes.
Los queremos.
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
esto es JW Broadcasting®.