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2020 | Informe 5 del Cuerpo Gobernante

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Esta pandemia que estamos viviendo
ha generado en el mundo
muchísima incertidumbre,
y hay muchas cosas que se desconocen.
Pero hay una cosa que sí sabemos:
que durante este tiempo
Jehová está cuidando con mucho cariño
de todos nosotros.
Casi a diario, hermanos de todo el mundo
nos cuentan que de verdad sienten
que Jehová y su organización
los están cuidando.
Me recuerda lo que dice Isaías,
en el capítulo 40, y el versículo 11:
¿Se siente usted así,
como un corderito
en los brazos protectores
de su Padre celestial?
Pues los miembros del Cuerpo Gobernante
nos sentimos exactamente así.
Todos nosotros estamos aguantando
en estos momentos tan difíciles
gracias al tierno cuidado y al amor
de nuestro Padre celestial.
Como Jehová es un Pastor amoroso,
no solo se da cuenta
de que tenemos problemas,
sino que busca maneras de ayudarnos.
Como dice el Salmo 37:5:
Una manera en la que Jehová
actúa a nuestro favor
es motivando a su pueblo
a ayudar a los que lo necesitan.
En este informe,
nos gustaría contarles las experiencias
de algunos hermanos
que están haciendo exactamente eso.
En algunas partes del mundo,
una de las mayores preocupaciones
que tienen nuestros hermanos
es sencillamente
tener lo suficiente para comer.
La escasez de alimentos,
los confinamientos, la falta de empleo
y otros problemas
están dejando a muchas familias
con poco o nada que comer.
El Comité de Coordinadores
del Cuerpo Gobernante
está haciendo todo lo que puede
para proporcionarles comida
y medicinas a estos hermanos.
Ya se han formado
más de 400 Comités de Socorro
para dar ayuda por todo el mundo.
Estos comités trabajan sin descanso
para que los hermanos tengan
todo lo que necesitan para sobrevivir.
Y eso es lo que está sucediendo
en el país de Angola.
¿Cómo les está llegando el alimento
a los hermanos de ese lugar?
El hermano Johannes De Jager,
de la sucursal de Angola,
nos lo va a contar.
En marzo pasado, se declaró
el estado de emergencia en Angola.
Con el confinamiento,
muchos de nuestros hermanos
ya no podían ir a trabajar.
Les costaba mucho
cuidar de sus familias.
El Comité de Sucursal estaba
muy muy preocupado por la situación.
Nos preguntábamos:
“¿Cómo vamos a cuidar de nuestros queridos
hermanos y hermanas?”.
Nos pusimos en contacto con el Comité
de Coordinadores para informarles.
¡Cuánto nos alegramos
al recibir la respuesta!
Nos dieron lo que necesitábamos
para hacerles llegar la ayuda
a nuestros queridos hermanos.
Bueno, ahora teníamos
un enorme trabajo por delante.
Para ayudar a los hermanos,
organizamos 37 Comités de Socorro.
Aquí compramos y distribuimos
138 toneladas de arroz,
138 toneladas de harina de maíz
y 104 toneladas de frijoles.
Además, la central mundial
organizó el envío
de 313 toneladas de comida desde Brasil.
El primer envío llegó el 12 de julio.
Los hermanos rápidamente empezaron
a distribuir los alimentos.
Hasta ahora, 34.701 hermanos
y otras personas
interesadas en la verdad
han recibido alimentos básicos.
Todos ellos se sienten
muy agradecidos por la ayuda.
Por ejemplo, una hermana viuda
que está criando a sus cinco nietos
y también recibió alimento dijo:
“Jehová me cuida”.
Sabemos que esto todavía no ha acabado,
pero estamos seguros de que Jehová
seguirá cuidando con cariño
a todos los hermanos de Angola.
Como acabamos de ver,
Jehová está cuidando con mucho cariño
de los hermanos de Angola.
Claro, no solo necesitan ayuda
los hermanos de Angola.
Ahora mismo, con la ayuda de Jehová,
se están llevando a cabo
labores de socorro en África,
Sudamérica y en muchas otras partes
del mundo.
De hecho, el Cuerpo Gobernante
ha destinado hasta ahora
más de 17 millones de dólares
a labores de socorro
para ayudar a nuestros queridos hermanos
durante esta pandemia.
Por cierto, hablando
del tema de la comida,
nos gustaría darles una sugerencia.
Teniendo en cuenta
todos los brotes de COVID-19
que se están dando en el mundo
y también los rebrotes,
no sabemos cuándo puede empezar
a escasear la comida en nuestra zona
o si tendremos que estar confinados
durante bastante tiempo.
Por eso, si es posible
en el lugar en el que usted vive,
le recomendamos
que tenga en su casa una reserva
de alimentos no perecederos
y de otras cosas que pueda necesitar.
No se trata de almacenar alimentos
de manera exagerada,
sino de tener una reserva razonable
por precaución.
Y bien,
¿qué hay del alimento espiritual?
¿Qué está haciendo Jehová
para que no nos falte?
Muchos de nosotros
estamos celebrando las reuniones
por videoconferencia.
Y, aunque extrañamos el contacto físico,
¿verdad que es una bendición
celebrarlas por Internet?
En muchos lugares,
la asistencia a las reuniones
ha aumentado muchísimo.
Además, una gran cantidad
de hermanos inactivos
se están conectando a las reuniones.
Es un placer que estén con nosotros.
¡Y qué orgullosos estamos de ustedes,
queridos hermanos mayores!
¡Qué rápido han aprendido a usar
las aplicaciones para videoconferencias!
Nos encanta verlos participar
en las reuniones.
Por otro lado,
muchos de nuestros hermanos
viven en lugares
en los que no hay acceso a Internet
o, si lo hay,
sencillamente es demasiado caro.
¿Cómo consiguen el alimento espiritual
los hermanos de estos lugares?
Recordarán que en el
Informe 3 del Cuerpo Gobernante
se explicó que algunas sucursales
de África recibieron permiso
para retransmitir tanto el discurso especial
como la Conmemoración
por televisión y radio.
Pues me alegra informarles
que el Cuerpo Gobernante ha aprobado
que también
las reuniones de congregación
se retransmitan por radio y televisión.
Una de las sucursales
que están usando estos medios
es la de Mozambique.
El hermano Amaro Teixeira
nos contará el impacto
que esto está teniendo en ese país.
En Mozambique, muchos hermanos
no tienen Internet
o no pueden comprar
dispositivos electrónicos.
Así que nos pusimos muy contentos
cuando el Cuerpo Gobernante
pidió a las sucursales en África
que investigaran
la posibilidad de transmitir
las reuniones de congregación
por radio y televisión.
Para el 10 de julio
ya se habían hecho acuerdos
con 87 emisoras de radio
y un canal de televisión en Mozambique.
Esto significa que más de 51.000
de nuestros hermanos
pueden escuchar las reuniones
todas las semanas en 24 idiomas.
Esto es una gran bendición para ellos.
Y no solo los hermanos, sino que también
unos 23 millones de personas
se pueden beneficiar
de estos programas espirituales.
Los hermanos estaban tan tan agradecidos
cuando se dio el anuncio
que algunos hasta lloraron de alegría.
Muchos hermanos se sienten
igual que un matrimonio que escribió:
“Sus esfuerzos
y el espíritu santo de Jehová
han movido montañas para darles
a nuestros hermanos en Mozambique
el ‘alimento al tiempo debido’.
El cariño con el que Jehová
nos cuida y su gran amor
hacen que nos sintamos muy agradecidos
y que lo amemos aún más a él,
a su Hijo y a nuestros hermanos”.
¡Increíble!
Y hace poco se ha empezado a hacer
lo mismo en otras sucursales.
Ahora se están retransmitiendo
las reuniones por televisión y radio
nada menos que en 21 países.
Gracias a esto,
cerca de 1,2 millones de hermanos
pueden escuchar
las reuniones de congregación grabadas.
Además, esto hace
que nuestros programas espirituales
estén disponibles para una audiencia
de cerca de 280 millones de personas.
No hay duda,
Jehová está cubriendo las necesidades
físicas y espirituales de su pueblo.
Pero ¿cómo está cuidando a los hermanos
que están siendo perseguidos?
Durante esta pandemia,
puede que algunos nos hayamos sentido
prisioneros en nuestra propia casa.
Pero pensemos por un momento
en los que sí están en prisión
ahora mismo en medio de la pandemia.
Para el 19 de julio,
como mínimo 116 hermanos y hermanas
de todo el mundo
estaban en prisión por su fe.
Además, en Rusia hay actualmente
27 hermanos bajo arresto domiciliario
y 372 están siendo investigados.
El más joven de todos los hermanos
que hay presos en el mundo
tiene solo 19 años.
Y el de más edad tiene 81.
Algunos están en prisión
o bajo arresto domiciliario desde hace años.
Pensemos por ejemplo
en nuestros queridos hermanos de Eritrea
Paulos, Isaac y Negede,
que son los que más tiempo llevan
en prisión, casi 26 años.
En Rusia, la semana pasada,
el 13 de julio de 2020,
hubo una cantidad nunca vista de registros
en las casas de nuestros hermanos.
¡Por lo menos 100 en un día!
Dos de nuestros hermanos,
Dimitri Katírov
y Alexander Bókov,
fueron golpeados.
Desde que se prohibieron
nuestras actividades en Rusia, en el 2017,
más de 1.000 casas de nuestros hermanos
han sido registradas.
Todos los hermanos que están en prisión
ya necesitaban nuestras oraciones
antes de la pandemia.
Y ahora las necesitan todavía más.
En Hebreos 13:3, Pablo escribió:
“Recuerden a los que están en prisión,
como si ustedes estuvieran presos con ellos”.
Sin duda, nos acordamos mucho
de todos los hermanos
que están encarcelados por su fe.
¿Cómo se encuentran?
¿Cómo los está ayudando Jehová
a sobrellevar la situación?
Escuchemos la historia de dos hermanas
de Rusia que estuvieron encarceladas.
El 11 de junio de 2019,
alrededor de las ocho de la mañana,
agentes del comité de investigación
y de la policía
entraron de golpe en nuestra casa.
Registraron la casa
durante casi todo el día.
Después nos llevaron a las oficinas
del comité de investigación.
Nos arrestaron y nos llevaron
a un centro de detención temporal.
Me llevaron a un tribunal de Novózybkof.
Allí me impusieron medidas restrictivas,
es decir, me arrestaron.
En total, pasé casi ocho meses
encerrada en la cárcel.
Pasé ocho meses en prisión preventiva.
Estuve 245 días encarcelada.
Para mí, los meses que pasé
en prisión preventiva pasaron volando.
Sé que 245 días suena
a muchísimo tiempo,
pero, de verdad, a mí no me lo pareció.
Pasaba el tiempo respondiendo cartas
y también hablando
con mis compañeras de celda, predicándoles.
Además, en ese tiempo
le oré muchísimo a Jehová,
leía la Biblia
y tenía mi estudio personal.
Durante los ocho meses que pasé
en prisión preventiva, me sentí aislada.
Extrañaba el contacto con los demás,
el contacto con los hermanos.
Deseaba hablar con ellos,
verlos cara a cara y abrazarlos.
Al principio, fue muy difícil.
Pero luego me di cuenta de que,
cuando aceptas la realidad,
la vida es mucho más fácil.
Le oraba a Jehová para que me ayudara
a no sentir lástima por mí misma
y a no concentrarme
en lo horrible que era
estar todos los días
en la misma habitación.
Y le pedía que me ayudara a aceptar
las circunstancias
que tuviera día a día.
También me di cuenta
de que es muy importante
buscar siempre razones
para estar agradecida.
Entonces, todas las noches
le daba las gracias a Jehová por algo,
aunque no me pareciera
que hubiera pasado algo especial ese día.
Eso me dio fuerzas porque vi
que siempre tenía algo que agradecer.
Llegó un punto en el que ni siquiera
me daba cuenta de que estaba encerrada.
A través de los barrotes
veía el cielo...
¡y entonces dejaba de ver los barrotes!
O, por ejemplo, cuando salíamos
a hacer ejercicio,
íbamos a un patio
que estaba rodeado de muros,
y solamente se veía
un pedacito del cielo.
Sabía que Jehová
me estaba ayudando a ser positiva
cuando por ejemplo me preguntaba:
“¿Qué habrá detrás de los muros?”.
Y entonces me imaginaba que detrás
estaban las montañas de los Alpes
y que había un campo lleno de flores,
de mis flores favoritas.
Le agradecía a Jehová
tener una Biblia y poder leerla.
También le daba las gracias
por poder orarle
y por haberme ayudado
a ser fiel ese día,
o incluso por el pajarito
que había visto en la ventana.
Antes de que me arrestaran,
pensaba que, si llegaba ese momento,
en realidad Jehová me estaba encargando
un trabajo especial.
La primera vez que recibí cartas
fue en el aniversario de mi bautismo.
Cumplía 24 años de bautizada, y ese día
no me estaba sintiendo muy animada.
Así que le pedí a Jehová
que me hiciera un regalo muy especial.
Al final del día
había recibido ese regalo:
59 cartas de mis hermanos.
Comprobé una vez más
que Jehová es un Dios único
y que de verdad cuida de sus siervos.
Eso me convenció aún más
de que Jehová es un Padre cariñoso.
La primera vez que recibí
tantas cartas, 54,
me senté sobre la cama,
las puse en mis piernas...
y no supe qué hacer.
Estaba en shock.
Claro, comencé a llorar.
Así que me tranquilicé
y empecé a leerlas.
Las cartas me ayudaron mucho
en el estudio personal.
Tenía dos cuadernos en los que escribía
las ideas que más me animaban.
En una carta, un hermano explicó
por qué David era tan valiente.
Dijo que él no se concentró en lo grande
que era Goliat y lo pequeño que era él,
sino en lo pequeño que era Goliat
y lo grande que era Jehová.
Esa idea me ayudó muchísimo
a ver las cosas desde el ángulo correcto
y a ver a Jehová.
Y, cuando me escoltaron
del Tribunal al vehículo policial,
los hermanos que estaban
allí afuera en la calle
me gritaron palabras de ánimo.
Por supuesto, no esperaba verlos allí,
porque no sabía
cómo me iban a sacar del Tribunal.
Aunque en realidad estaba triste
porque no me habían quitado
las medidas restrictivas,
cuando subí al vehículo,
estaba muy contenta
porque, aunque no podía ver
a los hermanos, sí pude oír sus voces.
Me ayudaron a seguir siendo
totalmente leal a Jehová
y a defender la verdad
en las audiencias de los tribunales.
Además, sentí que ya no estaba sola
porque sabía que había muchos hermanos
preocupados por mí
y que estaban orando por mí.
Cuando me tocó vivir
las peores circunstancias,
me convencí de que no importa
lo difícil que sea una situación:
Jehová siempre nos da
suficiente espíritu santo
para que salgamos adelante.
Aprendí que, la verdad,
no debemos tenerle miedo a ir a juicio.
Jehová siempre está con nosotros.
Siempre nos apoya,
siempre nos anima y nos ayuda.
Él sabe muy bien
qué es lo que necesitamos.
Y cuando pasamos
por circunstancias como esta,
se acerca a nosotros
de una manera muy especial.
¡Qué animador!
Ni los muros de una prisión
pueden impedir
que Jehová cuide con cariño
a sus siervos.
Estoy seguro
de que lo que nos han contado
estas hermanas nos ayudará mucho
a todos los que nos sentimos aislados
por culpa de la pandemia.
Queridos hermanos,
todos estamos pasando
por una época muy difícil.
Algunos de ustedes
han perdido su trabajo.
A otros les preocupa
tener lo suficiente para comer.
Y muchos hemos perdido
a algún ser querido.
A pesar de todas las dificultades,
podemos aguantar
gracias a la ayuda que Jehová nos da,
tanto física como espiritual.
Él es nuestro Pastor
y nos lleva en sus brazos
con mucho cariño.
Sea que estemos confinados,
que nos falte comida
o que estemos en prisión,
Jehová nos seguirá cuidando
con mucho cariño
y nos ayudará a aguantar hasta el final.
Puede estar seguro de que con la ayuda
y la guía de Jehová
continuaremos llevando a cabo
labores de socorro
allá donde sea necesario.
Pero recuerde:
Jehová también puede usarlo a usted
para ayudar a otros.
Pídale espíritu santo para que lo guíe.
Si ve que tiene
la oportunidad de ayudar,
no lo dude, ¡hágalo!
Hebreos 13:16 dice:
Es un verdadero honor
que Jehová nos utilice
para cuidarnos con cariño unos a otros.
En nombre del Cuerpo Gobernante,
por favor, reciban este abrazo virtual.
Y recuerden
que los queremos muchísimo a todos.
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
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