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2021 | Informe 6 del Cuerpo Gobernante

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¿Pensaban que a estas alturas
la pandemia ya se habría acabado?
¡Todos lo pensábamos!
En algunos lugares del mundo,
ahora hay menos casos.
Pero, en otras partes,
variantes muy contagiosas
del COVID-19
se están extendiendo muy rápido,
y la pandemia ahí está peor que nunca.
Esto nos deja muy claro
que todavía la pandemia
no se ha acabado.
Lloramos con los que lloran
y siempre nos acordamos
en nuestras oraciones
de los hermanos
de Latinoamérica y África,
donde los casos han aumentado mucho
en las últimas semanas.
En otras regiones del mundo,
las vacunas han logrado frenar
la expansión del virus.
Estamos ayudando a los betelitas
y a otros siervos especiales
de tiempo completo a vacunarse,
si es que ellos quieren.
Nos alegra contarles
que más o menos la mitad
de los betelitas que hay en el mundo
ya han recibido la vacuna.
Aquí, en Estados Unidos,
más del 98 % de la familia Betel
ha decidido vacunarse.
El estado de Nueva York
ahora permite
que las personas vacunadas
participen en muchas más actividades.
Teniendo en cuenta
lo que dicen las autoridades,
hemos podido reanudar
algunas de nuestras actividades
dentro de Betel.
La familia Betel se puso muy contenta
al saber que las personas vacunadas
ahora pueden reunirse.
Esto significa que ahora
podemos juntarnos en el comedor
y para el Estudio de La Atalaya
de la familia Betel.
Estamos contentos
de estar juntos otra vez.
¡Qué día tan feliz!
Estábamos juntos de nuevo
para el Estudio de La Atalaya.
Obviamente cada cristiano
debe decidir si quiere vacunarse.
Pero ¿qué factores podría
tener en cuenta al tomar esta decisión?
Primero:
como religión,
los testigos de Jehová
no estamos en contra de las vacunas.
Segundo:
estamos en medio de una pandemia.
Para el 9 de julio,
más de 19.000
de nuestros queridos hermanos
habían muerto por culpa del virus.
Tercero:
en algunos países
“las autoridades superiores”
han hecho leyes que exigen
a todos los ciudadanos que se vacunen.
En otros países
“las autoridades superiores”
no han hecho esas leyes,
pero les recomiendan con firmeza
a sus ciudadanos
que acepten las vacunas.
Cada uno de nosotros
debe tener en cuenta estos tres factores
al tomar su propia decisión.
Según esté la situación
en el lugar donde usted vive,
tome las precauciones
que sean necesarias,
especialmente si tiene
problemas de salud
o si ya tiene sus añitos.
Siga las instrucciones
de las autoridades de la salud de su zona
y cuídese.
En este informe, me gustaría dirigirme
a todos los mayores.
Yo mismo soy una persona mayor.
Dentro de poco cumpliré 87.
Cuando tenía 20 o 30 años,
¡ni me imaginaba
que iba a llegar a los 87!
Creo que muchos
se sienten igual que yo.
Pero aquí seguimos.
Y, tal como dice
el capítulo 12 de Eclesiastés,
“los días angustiosos” han llegado.
Nuestros cuerpos se han debilitado.
Nuestra juventud ya pasó.
Ya no vemos ni oímos bien.
Tenemos achaques de todo tipo.
Y, encima de todo, durante la pandemia
hemos tenido
que estar encerrados en casita
por mucho más tiempo
de lo que pensábamos.
Y tal vez algunos de nosotros
sintamos que Dios
ya no se interesa por nosotros,
que como ya no somos jóvenes
Jehová nos ha desechado por completo.
Claro, sabemos que él nos va a cuidar,
que vamos a vivir para siempre.
Pero, ahora mismo,
puede que a veces
nos sintamos un poquito solos.
Pero quisiera recordarles
algo que cuenta la Biblia.
En cierto momento,
parece que David pensó que Jehová
lo había abandonado.
Quizás por eso escribió
lo que encontramos en el Salmo 71:9:
Bueno, sabemos que Jesús
mencionó a David en su ministerio.
Muchos siglos después
de la muerte de David,
Cristo habló de él.
Así que Jehová no desechó a David,
de eso no hay duda.
Y demostrará que no se ha olvidado
de él cuando lo resucite.
Y tampoco nos ha desechado
a ninguno de nosotros,
aunque a veces nos dé la impresión
de que sí lo ha hecho.
¿Cómo lo sabemos?
¿Cómo puede usted estar seguro
de que Jehová no lo ha abandonado?
Pensemos en esto.
¿Cuántos de ustedes recuerdan la edad
que tenía Matusalén cuando murió?
Probablemente esto lo aprendieron
hace mucho tiempo
y se saben la respuesta.
Él era muy muy mayor;
el humano imperfecto
más viejito de la Biblia.
¿Cuántos de ustedes
recuerdan la edad que tenía Noé
cuando comenzó a construir el arca?
¡Él tenía más de 500 años!
Eso nos demuestra
que Dios se acuerda de nosotros
cuando somos mayores.
En las Escrituras Griegas Cristianas
también se habla de la profetisa Ana,
que tenía 84 años de edad.
¿Cómo sabemos
que Ana tenía 84 años?
Porque la misma Biblia lo dice.
Si Jehová no quisiera
que supiéramos su edad,
no estaría puesta en la Biblia, ¿verdad?
Todo esto nos enseña algo importante:
Jehová sabe muy bien nuestra edad
y se interesa por nosotros, los mayores.
El Salmo 90 dice claramente
que los seres humanos imperfectos
solemos vivir entre 70 y 80 años,
y “esos años
están llenos de dificultades”.
Así que Jehová
puso todo esto en la Biblia
para que supiéramos
que él no nos ha desechado,
que él se acuerda de nosotros.
Estamos muy orgullosos de ustedes.
Muchos han aprendido a utilizar Zoom,
a poner y quitar el micrófono.
Yo todavía sigo aprendiendo.
Ya son unos expertos
predicando por teléfono y por carta.
¡Qué rápido se han adaptado!
Se nota que Jehová está con ustedes
y que les da fuerzas.
Eso es lo que promete el Salmo 29:11:
Durante toda la pandemia,
hemos visto claramente
cómo Jehová nos sigue dando fuerzas
y la paz que necesitamos.
Por eso nada ha podido detener
la obra del Reino,
que sigue avanzando.
Un ejemplo de esto
son nuestros proyectos de construcción.
Quizá se pregunten
cómo ha afectado la pandemia
a nuestros trabajos de construcción
por todo el mundo
y a todo lo que normalmente hacemos
para mantener
nuestros Salones del Reino.
¿Se paró todo de golpe?
Bueno, cuando empezó la pandemia
sí suspendimos
la mayoría de las construcciones nuevas
y de las reformas,
para que los siervos de construcción
y los voluntarios
pudieran confinarse y protegerse.
Lo que más nos preocupaba
era la seguridad
de los miles de hermanos
que trabajan a tiempo completo
en el Departamento Local
de Diseño y Construcción.
Claro, muchos de esos
queridos hermanos
viven muy lejos
de sus familias y amigos,
así que el confinamiento
no ha sido fácil.
¿Qué los ha ayudado a combatir
la soledad y el aislamiento?
Escuchen lo que ellos dicen
en el siguiente video.
Los hermanos organizaron
visitas de pastoreo por videoconferencia
muy a menudo.
En estas me preguntaron
cómo estaba yo físicamente,
espiritualmente y emocionalmente.
Agradezco mucho
que ellos pensaran en mí
y eligieran textos adecuados
para compartirlos conmigo.
Durante la pandemia,
me pusieron a cargo
de un grupo de predicación,
y así pude tener la oportunidad
de ayudar a algunos publicadores nuevos
a tener buenos hábitos
de estudio personal,
y también de ayudar a hermanos
a hacer más por la congregación.
No puedo visitar a mi familia,
que está en Europa,
pero los llamo a menudo
para hablar con ellos y animarlos.
También me gusta
ayudar a los jóvenes con la predicación.
No les resulta fácil
predicar durante la pandemia,
pero hacerlo juntos nos anima a todos.
Y, cuando yo doy a otros,
Jehová me ayuda.
Por ejemplo, los hermanos
se han preocupado mucho
por mi esposo y por mí,
y han sido un gran apoyo emocional
durante el confinamiento.
Quizá no lo saben, pero sus mensajes,
sus llamadas y su cariño
nos han ayudado mucho.
¿Se fijaron en qué los ayudó
a mantener una actitud positiva?
Las visitas animadoras de los ancianos
y mantenerse ocupados
en actividades espirituales.
Así que, aunque ya no podían
trabajar tanto
en proyectos de construcción
de sucursales y salones,
sí podían fortalecerse espiritualmente
y animar a otros;
y eso fue exactamente lo que hicieron.
Bueno, ya dijimos que la mayoría
de los proyectos de construcción
tuvieron que detenerse
por culpa del virus.
Pero ¿quiere decir esto
que se detuvo todo?
¡Claro que no!
Pudimos seguir adelante
con los proyectos de construcción
de algunas sucursales.
Un ejemplo
es la nueva sucursal de Argentina.
Las obras de construcción
sufrieron muchos retrasos
por culpa de la pandemia,
pero, con la ayuda de Jehová,
los hermanos pudieron seguir adelante
contratando empresas externas.
La familia Betel ya empezó a mudarse
y está tomando muchas precauciones
para protegerse del COVID-19.
Terminarán de mudarse
a los nuevos edificios
en las próximas semanas.
Pero ¿qué han hecho
otros equipos de diseño y construcción
para seguir trabajando?
Escuchemos lo que tienen que contarnos.
La Sección de Capacitación
del Departamento Mundial
de Diseño y Construcción
aprovechó para ayudar a los hermanos
a darse cuenta
de la importancia de la seguridad
en las obras
de construcción y mantenimiento.
Se prepararon cursos de seguridad
para superintendentes de todo el mundo.
En total, unos 7.500 hermanos
recibieron esta formación
por videoconferencia.
Un hermano de Bélgica dijo:
“Ahora entiendo que la seguridad
es una parte importante
de mi espiritualidad”.
En África, con la pandemia,
nos hemos dado cuenta de la importancia
de que nuestros Salones
estén preparados
con más medidas de higiene.
Por ejemplo, que haya más lavamanos,
menos objetos que tocar con las manos
y otras medidas similares
para promover la higiene.
Los departamentos locales
de Diseño y Construcción
también están ocupados
planificando futuros proyectos
y realizando el mantenimiento necesario
de los Salones del Reino.
Y, donde las circunstancias
lo han permitido,
algunas sucursales
han podido comenzar nuevos proyectos
con un número reducido
de siervos de construcción.
Les damos las gracias a todos ustedes,
siervos de construcción,
que siguen ofreciéndose de buena gana
para trabajar duro
en proyectos de construcción
y en el mantenimiento
de sus Salones del Reino.
¿Qué nos enseña todo esto?
Que el carro de Jehová no se detiene.
Y todos nosotros
—jóvenes y mayores—
queremos ir a su paso.
Mientras dure esta situación,
seguiremos teniendo mucho cuidado
y respetando la vida,
a la vez que apoyamos el Reino.
No sabemos exactamente
cuándo terminará la pandemia,
pero sabemos esto:
Jehová seguirá dándonos
la guía que necesitamos
para superar esta situación.
Nunca olviden que los queremos
y que le pedimos a Jehová que bendiga
todo lo que hacen
por servirle con lealtad.
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
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