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2021 | Informe 9 del Cuerpo Gobernante

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¡Bienvenidos!
En este informe,
vamos a meditar
en lo bueno que es Jehová
y en cómo ha estado guiando
a su pueblo durante esta pandemia.
Seguro que todos estamos de acuerdo
con estas palabras,
las de Salmo 27:13:
“¿Dónde estaría yo?”
Es para pensarlo, ¿no creen?
Qué agradecidos estamos
de ser parte
de la organización de Jehová,
que siempre nos da pautas y nos guía.
Sobre todo, si pensamos
en qué sería de nosotros
en medio de este mundo dividido
y lleno de confusión.
Con los ojos de la fe,
¿puede ver usted
cómo Jehová dirige a su pueblo hoy?
Todos sabemos que se interesa
en nuestro bienestar espiritual,
pero ¿qué podemos decir
de nuestro bienestar físico?
¿Se preocupa por nuestra salud?
Si es así, ¿se encargará
de que recibamos buenos consejos,
incluso en temas de salud?
Para averiguarlo, analicemos
la promesa que Jehová nos hace
y que encontramos
en Salmo 32:8.
La conocemos bien,
pero veámosla
desde otro punto de vista.
Salmo 32:8.
Jehová dice:
Aquí Jehová nos promete
que nos va a dar los consejos
que necesitemos.
¿Pero consejos sobre qué?
Piense en el pueblo de Israel.
¿Se interesaba Jehová
en la salud y la seguridad de su pueblo?
Desde luego que sí.
Les mandó que pusieran en cuarentena
a los enfermos.
Les dijo que no comieran aves
y otros animales impuros
porque eso podría haber perjudicado
su salud.
Y les recordó que tenían que construir
un pequeño muro en las azoteas
para que nadie se cayera.
Él amaba a su pueblo.
Quería que estuvieran bien.
Jehová no ha cambiado.
Él se sigue preocupando
por la salud y la seguridad de su pueblo.
En el salmo que acabamos de leer,
él promete darnos perspicacia,
enseñarnos y aconsejarnos.
¿Y cómo lo hace hoy?
Lo hace por medio de su organización.
En algunos países,
ha habido mucha confusión,
y la gente no se pone de acuerdo
sobre cómo enfrentar esta pandemia.
A muchos les molesta tener que usar
mascarilla o cubrebocas,
y no quieren mantener
la distancia de seguridad,
incluso cuando las autoridades
lo exigen.
Pensemos en las palabras de Pablo
en 1 Corintios 14:33.
¿Las recuerda?
“Dios no es un Dios de desorden,
sino de paz”, dice la Biblia.
El desorden que vemos en el mundo
es una prueba evidente
de que la gente
no tiene la guía de Jehová.
Pero la organización de Jehová
nos ha dado pautas claras
desde el principio.
Y cuánto lo agradecemos, ¿verdad?
Por ejemplo,
piense en la información que recibimos
en los últimos informes
del Cuerpo Gobernante.
Ahí tenemos una prueba
de la guía de Jehová y de su bondad.
En el informe del mes pasado,
el hermano Lett
dijo algo muy importante.
Nos recordó que la información
que estamos recibiendo sobre la pandemia
viene de nuestros queridos hermanos.
Confiamos en ellos.
No se dejan llevar
por opiniones personales
ni por intereses políticos.
Ellos nos aman
y quieren lo mejor para nosotros.
Pero alguien podría decir:
“¿Y ellos qué saben?”.
Pregunta equivocada.
Yo diría que la pregunta correcta es:
“¿Qué sabe Jehová?”.
El punto es este, hermanos:
“¿De verdad creo que Jehová
está guiando a su organización
en la actualidad?
¿De verdad creo que Jehová les dará
perspicacia a sus siervos fieles
para que puedan seguir estando
‘en la tierra de los vivos’,
como dijo el salmista?”.
Pensemos en lo que le decimos
a la gente cuando predicamos:
“¿De verdad le importamos a Dios?”.
¿Permitiría Jehová
que el Cuerpo Gobernante,
sus ayudantes, los misioneros,
un grandísimo porcentaje de betelitas
y otros siervos de tiempo completo
se vacunaran
y siguieran otras instrucciones
si eso les hiciera daño?
Y, por supuesto,
seguro que Jehová quiere
que los hermanos de la central mundial
sigan dándonos alimento espiritual.
Y no quiere que el trabajo
en las sucursales y en el campo
se detenga.
Para eso, tenemos que estar
“en la tierra de los vivos”.
¿Y qué hay de la profecía
sobre una gran muchedumbre
que ningún hombre puede contar
y que sale de la gran tribulación?
Nuestro Dios
no se parece en nada al faraón,
que quería matar a toda una generación
de siervos de Jehová.
Estamos convencidos
de que Jehová se preocupa
por la salud y la seguridad de su pueblo
y de que él nos guiará y nos dirá:
“Este es el camino.
[Este es el camino] Anda en él”.
Para saber si vamos
en la dirección correcta,
siempre estamos atentos
a las pruebas que indican
si Jehová nos está bendiciendo o no.
Bueno, ¿ha bendecido Jehová
lo que hemos hecho
durante esta pandemia?
Por supuesto que sí.
Está claro que la pandemia ha afectado
las actividades de muchos hermanos,
sobre todo en zonas en las que no hay
buena conexión a internet.
Pero piense en todo lo que hemos logrado
en los últimos meses.
Muchas congregaciones están teniendo
nuevos máximos de asistencia
a las reuniones virtuales.
Los inactivos están volviendo a Jehová,
¡y qué contentos estamos por eso!
La Conmemoración del 2021
tuvo un máximo histórico
de 21.367.603 asistentes.
Y muchas sucursales
nos han informado
de nuevos máximos históricos
de publicadores.
Pero eso no es todo.
Ustedes han sido un ejemplo
al mostrarse interés y cariño fraternal,
y han demostrado
que son verdaderos seguidores
de Cristo.
Los felicitamos de corazón.
Quién puede negar que Jehová
está bendiciendo lo que hacen.
Y, además,
piense en lo que las familias Betel
han logrado durante esta pandemia
gracias a la bendición de Jehová.
Todos estamos encantados
con la nueva publicación
Disfrute de la vida.
Para prepararla
hubo que trabajar muchísimo
y hacer cientos de horas extras.
Pero eso no es lo único
que se ha logrado durante la pandemia.
Piense en JW Broadcasting®.
No ha faltado ni un programa.
Añádale a eso
nuestros preciosos videos,
asambleas regionales,
graduaciones de Galaad,
reuniones anuales…
Todo eso fue posible
gracias a que la familia Betel
no se enfermó.
Muchos hermanos nos han escrito
para dar las gracias
por haberles informado
de las medidas que se siguen
en la central mundial.
¿Por qué?
Muy sencillo.
¿Se les ocurre otro grupo
dentro del pueblo de Jehová
que corra más riesgo de contagio
que la familia Betel?
Cientos de nosotros vivimos juntos,
trabajamos juntos, comemos juntos,
tocamos las mismas cosas día tras día.
Así que muchos hermanos
han llegado a la conclusión
de que, si algo funciona
para los betelitas,
posiblemente funcione para ellos.
Pero ahora estamos pasando
a una nueva fase de la pandemia.
¿Verdad que fue emocionante
leer la noticia de jw.org
sobre el programa piloto
para reanudar las reuniones presenciales
en algunos lugares?
Hace tanto tiempo
que no nos reunimos presencialmente…
Quizás se pregunte:
“¿Por qué se tomó esa decisión?”.
Los comités del Cuerpo Gobernante
han analizado con oración
cuándo y cómo sería seguro
reanudar las reuniones presenciales.
Hace unos meses
no parecía ser el momento indicado.
En muchos lugares
todavía no había vacunas,
había muchos contagios
y la variante delta
se esparcía rápidamente.
Pero en septiembre
la situación empezó a verse mejor,
por lo menos
en algunos lugares del mundo.
En octubre, 17 sucursales
recibieron permiso
para participar en un programa piloto
para reanudar
las reuniones presenciales.
Estas sucursales representan
a una gran variedad
de circunstancias y continentes:
África, Asia, Oceanía,
Europa y el continente americano.
Los Comités de Sucursal
de estos países
deben analizar muy bien
la normativa del gobierno de su zona
con respecto a las reuniones
en espacios cerrados,
como son las nuestras.
Y esas leyes varían de un país a otro.
Quizá se pregunte:
“¿Qué pasará con Zoom?
¿No lo usaremos más?”.
Nos alegra informarles
que se ha dado permiso
para que las congregaciones
que están en el programa piloto
tengan la opción
de hacer reuniones híbridas.
Algunos asisten en persona
al Salón del Reino
y otros se conectan por Zoom.
Para el 8 de noviembre,
en 14 sucursales ya se habían tenido
las primeras reuniones.
¡Ya se lo imaginarán!
Los hermanos estaban contentísimos
de verse de nuevo en el Salón.
Vamos a ver lo que nos cuentan.
Cuando anunciaron en la reunión
que nuestra congregación
había sido invitada
a participar en el proyecto
para asistir a las reuniones presenciales,
¡me puse a dar saltos de alegría!
Estaba supercontenta.
No podía creer que esto
estuviera pasando de verdad.
Así, de repente, habíamos vuelto.
Llegas a la puerta del Salón
y es como…
“¡Aquí están los hermanos,
y yo estoy con ellos!”.
Es como estar en casa.
Cuando volví al Salón del Reino,
sentí que se me salía
el corazón de la alegría.
Fue muy bonito.
Era emocionante
ver a los hermanos en la entrada.
Y saludarlos a todos fue maravilloso.
Yo veía ahí a los hermanos
y quería darles un abrazote a todos.
Pero, como no podía,
se los daba a mamá y papá y les decía:
“Este abrazo es para este hermano”.
Ya estando en el Salón del Reino
me tuve que pellizcar
para ver que no estaba soñando.
Veníamos en el carro bien emocionados.
Y, cuando por fin entramos,
que vimos a los hermanos,
nos abrazamos
y fue una emoción indescriptible,
de verdad.
Oír cantar a los hermanos,
incluso con las mascarillas puestas,
fue precioso.
¡Me encanta cómo suena!
Yo creo que han debido estar practicando,
porque lo hacen mejor
que hace un año y medio.
Fue genial.
Sentí que había vuelto a casa
con mi familia.
Estar allí con los hermanos de nuevo
en persona y cantar juntos,
volver a levantar la mano…
Todos los hermanos de mi congregación
estaban muy felices de estar allí.
El estar en casa era cómodo,
pero uno se distraía
por cualquier motivo.
Entonces, el estar acá es mejor,
porque uno se concentra más
en las reuniones.
Me bauticé en la asamblea regional
del 2020.
Y, aunque hace más de un año
que me bauticé,
esta es la primera vez
que asisto al Salón del Reino
como un hermano bautizado.
Fue la primera vez que vengo al Salón
a una reunión presencial.
Sentí mucha felicidad
y también nervios porque ya iba
a conocer a los hermanos en persona.
Yo sabía
que a algunos hermanos mayores
les daba un poquito de miedo
venir a las reuniones.
Pero esos hermanos leales
estaban allí.
Y de verdad que es algo
que a mí me animó mucho.
Volver al Salón del Reino
y ver a mis hermanos
de la congregación
para mí fue algo muy especial.
Escuchar sus voces en vivo y en directo,
y no desde la computadora,
ver sus ojos llenos de felicidad,
brillando de emoción,
hizo que mi corazón
palpitara de alegría.
Jehová nos ha cuidado mucho
mediante el Cuerpo Gobernante.
Y, ahora que podemos vivir esto,
estamos muy agradecidos
por la oportunidad
de servir a Jehová juntos de nuevo.
Es muy muy bonito.
Jehová quiere que nos reunamos
con nuestros hermanos.
Jehová nos hizo para eso:
para estar juntos, para morar en unidad.
Para mí fue algo muy animador.
Fue maravilloso,
porque se fortaleció la unidad
que solo podemos encontrar
en el pueblo de Jehová.
Y por eso solo puedo decir:
“¡Gracias, gracias, gracias, Jehová!”.
Bueno, eso fue emocionante, ¿verdad?
Si le pasa como a mí,
seguro que se muere de las ganas
de volver a las reuniones
en el Salón del Reino.
Y, dependiendo de los resultados
de este programa,
esperamos que más congregaciones
puedan tener reuniones presenciales
en los próximos meses.
Mientras tanto, podemos
seguir pidiéndole a Jehová
que dirija y bendiga
los planes que se están haciendo.
Queridos amigos,
sigamos fijando la vista
en el que es invisible
y confiemos
en que nuestro Dios nos quiere
y nunca va a dejar
que su pueblo sufra ningún daño.
¡Que Jehová
los siga bendiciendo mucho a todos!
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
esto es JW Broadcasting.