00:00:01
¡Bienvenidos, queridos hermanos!00:00:04
00:00:04
Es un placer estar con ustedes.00:00:06
00:00:06
En este informe
les vamos a contar brevemente00:00:09
00:00:09
algunas noticias.00:00:10
00:00:11
Después, veremos unas entrevistas
muy animadoras.00:00:15
00:00:15
Estoy seguro de que fortalecerán su fe.00:00:18
00:00:19
Déjenme que los ponga al día.00:00:20
00:00:21
A finales de abril,00:00:22
00:00:22
el hermano Mark Sanderson
viajó a Polonia.00:00:25
00:00:25
Se celebró una reunión especial
en el Salón de Asambleas de Varsovia00:00:30
00:00:30
para animar a los hermanos
que se han visto afectados00:00:33
00:00:33
por la guerra de Ucrania.00:00:35
00:00:36
Se conectaron al programa00:00:38
00:00:38
más de 250.000 personas de Polonia,
Ucrania y la región del Donbás.00:00:45
00:00:45
Un superintendente de circuito
de la región del Donbás escribió:00:00:49
00:00:49
“Fue un programa maravilloso.00:00:52
00:00:52
‘Alimento al tiempo debido’.00:00:54
00:00:54
¡Se nos saltaban las lágrimas de alegría
al ver cuánto nos quiere Jehová!”.00:01:00
00:01:01
Al concluir el programa,00:01:02
00:01:02
el hermano Sanderson00:01:04
00:01:04
y tres miembros del Comité de Sucursal00:01:07
00:01:07
viajaron 2.500 kilómetros (1.550 millas)
por toda Polonia.00:01:15
00:01:15
Estuvieron visitando a los refugiados00:01:17
00:01:17
y a los voluntarios que tanto trabajan
en los Salones de Asambleas,00:01:21
00:01:21
Salones del Reino y en las fronteras.00:01:25
00:01:25
Esta fue una maravillosa muestra00:01:28
00:01:28
del amor que Jehová
le tiene a su pueblo.00:01:31
00:01:31
Gracias de todo corazón
por sus oraciones00:01:34
00:01:34
y por sus generosos donativos,00:01:37
00:01:37
que hacen posibles
las labores de socorro.00:01:40
00:01:40
El 4 de mayo,
la hermana Valentina Baranóvskaia,00:01:44
00:01:44
de 71 años,00:01:46
00:01:46
por fin fue liberada de la prisión.00:01:48
00:01:49
Llevaba en la cárcel más de un año.00:01:51
00:01:54
¡Qué bienvenida tan cariñosa le dieron!00:01:57
00:01:59
Compartimos su alegría,
hermana Valentina.00:02:02
00:02:03
Pero no olvidamos
que su hijo, Román,00:02:06
00:02:06
todavía sigue encarcelado por su fe.00:02:09
00:02:09
No dejamos de orar por ustedes.00:02:13
00:02:13
El 24 de mayo,00:02:15
00:02:15
el hermano Dennis Christensen00:02:17
00:02:17
salió de la cárcel
en la que estaba en Rusia.00:02:20
00:02:20
Pasó cinco años
en varias instalaciones penitenciarias.00:02:24
00:02:24
Fue deportado en cuanto quedó libre.00:02:28
00:02:28
Él y su esposa, Irina,00:02:30
00:02:30
están ahora a salvo en Dinamarca,00:02:33
00:02:33
como veremos en el siguiente video.00:02:35
00:02:54
Hoy es un día muy feliz.00:02:56
00:02:56
Muy feliz porque al menos yo00:02:59
00:02:59
pude salir de la prisión,00:03:01
00:03:02
volver a casa,
a Copenhague, en Dinamarca,00:03:05
00:03:06
y volver a estar con mis amigos
y con mi querida familia.00:03:11
00:03:11
También estoy deseando poder tener
una vida de familia más normal00:03:16
00:03:16
con mi amada esposa, Irina.00:03:19
00:03:19
Estoy muy contento,00:03:21
00:03:21
y de verdad que valoro mucho00:03:23
00:03:23
todo lo que los hermanos han hecho
por mí durante estos cinco años.00:03:28
00:03:28
Todos esos pensamientos…00:03:31
00:03:31
todas esas cartas…00:03:33
00:03:33
todas esas oraciones…00:03:35
00:03:36
todos los dibujos y los regalitos
que me hicieron los niños00:03:40
00:03:40
me animaron muchísimo.00:03:42
00:03:43
Durante todo ese tiempo,00:03:45
00:03:45
en ningún momento me sentí solo.00:03:48
00:03:48
Jehová siempre estaba a mi lado.00:03:51
00:03:51
Su mano me salvaba,
me sostenía y me ayudaba.00:03:55
00:03:55
Mucha gente me pregunta:00:03:57
00:03:57
“Ay, Dennis,
¿consiguieron aplastarte en la prisión?00:04:01
00:04:01
¿Te rompieron por dentro?”.00:04:03
00:04:03
¡Ni hablar! ¡Eso jamás!00:04:05
00:04:06
¿Y sabes qué?00:04:07
00:04:07
Estoy más decidido que nunca
a ser leal a Jehová.00:04:11
00:04:11
Resuelto a predicar
las buenas noticias,00:04:15
00:04:15
y a ayudar a mis hermanos00:04:16
00:04:16
y a otras personas
a alcanzar sus metas.00:04:20
00:04:20
Todos queremos llegar al Paraíso.00:04:22
00:04:22
Allí tendremos la oportunidad00:04:24
00:04:24
de servir y alabar a Jehová
para siempre.00:04:26
00:04:26
Así que no, no estoy roto.00:04:28
00:04:28
No, no estoy aplastado.00:04:30
00:04:30
Sigo aquí.00:04:31
00:04:31
¡Estoy de vuelta!00:04:32
00:04:34
¡Estamos muy felices, Irina y Dennis!00:04:37
00:04:37
Su fe y su lealtad
nos fortalecen a todos.00:04:41
00:04:41
¡Qué bueno tenerlos con nosotros!00:04:44
00:04:44
Aunque estamos muy contentos
por estas noticias,00:04:47
00:04:47
tenemos muy presente
que en el mundo00:04:50
00:04:50
todavía hay
más de 150 hermanos y hermanas00:04:54
00:04:54
encarcelados por su fe.00:04:56
00:04:57
En Rusia, cuatro hermanos00:04:59
00:04:59
están cumpliendo condenas
de ocho años de prisión,00:05:02
00:05:02
y una hermana está cumpliendo
una condena de seis años.00:05:06
00:05:07
Hebreos 13:3 dice:00:05:09
00:05:19
¿Cómo podemos demostrar
que nos acordamos de estos hermanos?00:05:22
00:05:23
Si vivimos cerca,00:05:26
00:05:26
tal vez podamos ayudarlos
de manera práctica.00:05:29
00:05:29
Pero todos podemos orar por ellos00:05:32
00:05:32
y por sus familiares día tras día.00:05:35
00:05:36
También podemos meditar
en su gran ejemplo.00:05:40
00:05:40
Cuando vemos que estos hermanos
aguantan condenas injustas00:05:45
00:05:45
sin perder la alegría,00:05:47
00:05:47
nos sentimos motivados
a imitar su fe00:05:51
00:05:51
y a aguantar las pruebas00:05:53
00:05:53
por las que nosotros
estemos pasando ahora.00:05:56
00:05:56
Y nos da la seguridad00:05:57
00:05:57
de que aguantaremos con alegría
lo que venga en el futuro.00:06:02
00:06:03
En las siguientes entrevistas,00:06:05
00:06:05
dos hermanos de Rusia
nos contarán su historia.00:06:09
00:06:09
Aguantaron fielmente00:06:11
00:06:11
casi cuatro años en prisión
sin perder la alegría.00:06:15
00:06:16
Mi caso comenzó
el 22 de julio de 2018.00:06:21
00:06:21
Recuerdo que era domingo00:06:22
00:06:22
y estábamos en plena reunión.00:06:25
00:06:26
Cuando terminó el registro,00:06:27
00:06:28
me dijeron que tenía que ir con ellos.00:06:31
00:06:31
Y los acompañé.00:06:32
00:06:32
Abrí la puerta porque los agentes
del FSB (Servicio Federal de Seguridad)00:06:36
00:06:36
no paraban de llamar al timbre.00:06:38
00:06:39
Unos segundos después,
escuché el sonido de cristales rotos.00:06:43
00:06:44
Eran de la terraza.00:06:45
00:06:45
Habían echado abajo la puerta.00:06:48
00:06:48
Cuando mi esposa fue a decirles
que la puerta ya estaba abierta,00:06:52
00:06:52
para que no la rompieran,00:06:54
00:06:55
le cayó un trozo de cristal en la frente
y se la cortó.00:06:59
00:06:59
Y otro le cortó una vena de la mano.00:07:04
00:07:06
Los agentes se acercaron a mí00:07:08
00:07:08
y me enseñaron la orden de registro.00:07:12
00:07:12
Y yo les dije:00:07:13
00:07:14
“No me interesa ahora la orden.00:07:16
00:07:16
¡Llamen a una ambulancia!”.00:07:18
00:07:18
Quería que la llevaran al hospital,00:07:20
00:07:21
pero ella decidió quedarse conmigo.00:07:24
00:07:24
¡Estuvieron cinco horas
registrando la casa!00:07:28
00:07:29
Me acabaron encerrando.00:07:31
00:07:32
Dos días después
se celebró una audiencia00:07:35
00:07:35
y me pusieron bajo arresto
en un centro de prisión preventiva.00:07:40
00:07:46
Lo más difícil
de toda la persecución00:07:50
00:07:50
fue estar en la celda de castigo.00:07:52
00:07:53
Cuando entré allí,00:07:54
00:07:54
o bueno, más bien,
cuando me arrojaron a esa celda00:07:58
00:07:58
los guardias de la prisión,00:08:00
00:08:00
lo primero que oí fue:
“¡De rodillas!”.00:08:03
00:08:03
Les contesté que yo
solo me arrodillaba ante Dios.00:08:07
00:08:10
Se pusieron a gritarme
y a burlarse de mí.00:08:13
00:08:14
Yo no entendía qué era
lo que me estaban pidiendo00:08:17
00:08:17
o qué querían de mí.00:08:19
00:08:19
La verdad, no entendía
por qué me estaba pasando esto.00:08:24
00:08:24
Pasaron horas hasta que supe
que querían información00:08:28
00:08:28
sobre dos hermanos
que habían detenido cerca de allí.00:08:32
00:08:32
Entonces pusieron
instrumentos de tortura delante de mí00:08:38
00:08:38
y me dijeron que no lo iba a aguantar,00:08:40
00:08:40
que más me valía
cooperar con ellos.00:08:45
00:08:45
Pero yo no dije nada
que pudieran usar contra los hermanos00:08:49
00:08:50
porque sabía
que cualquier cosa que dijera00:08:52
00:08:52
podría empeorar su situación.00:08:55
00:08:55
En aquel centro
las cosas no eran nada fáciles.00:09:02
00:09:02
Cada día, de la mañana a la noche,
se escuchaba la radio.00:09:06
00:09:07
Se oía muy alto.00:09:08
00:09:08
Molestaba mucho,
y la gente hablaba sin parar.00:09:11
00:09:11
Unos meses después,
me llevaron a una celda de aislamiento.00:09:15
00:09:15
Estaba preocupado.00:09:16
00:09:16
“¿A quién le iba a predicar?00:09:18
00:09:18
¿Y me dejarían encerrado allí
todo el tiempo?”.00:09:21
00:09:21
Recuerdo que esa noche
le oré muchísimo a Jehová.00:09:25
00:09:31
Unos días después,00:09:33
00:09:33
pusieron a un hombre en la celda
que estaba justo al lado de la mía.00:09:37
00:09:37
Aquel hombre
llevaba 13 años en prisión.00:09:41
00:09:41
Durante el último año,00:09:43
00:09:43
le había estado dando vueltas
a asuntos religiosos,00:09:46
00:09:46
incluso había empezado a leer la Biblia.00:09:49
00:09:49
Hablábamos casi todos los días
durante horas de cosas espirituales.00:09:53
00:09:53
Le cantaba canciones del Reino00:09:56
00:09:56
y le leía los textos bíblicos00:09:58
00:09:58
que me mandaban
los hermanos en las cartas.00:10:00
00:10:01
Uno de los que estaban
en las celdas de castigo00:10:07
00:10:07
colaboraba con los guardias.00:10:09
00:10:09
Era un hombre muy fuerte,00:10:11
00:10:11
parecía una montaña de músculos.00:10:13
00:10:13
De repente, caí en la cuenta
de que lo que tenía enfrente de mí00:10:17
00:10:17
era en un 80 % agua, solo agua.00:10:21
00:10:22
Y, no sé, creo que hasta sonreí
en ese momento.00:10:27
00:10:27
Pero de lo que estoy seguro00:10:30
00:10:30
es de que fue Jehová
quien me hizo pensar así.00:10:33
00:10:33
Eso cambió mi forma de ver
a aquellas personas.00:10:37
00:10:37
Al lado de mi celda
había otra celda de aislamiento,00:10:41
00:10:41
y casi siempre estaba vacía.00:10:42
00:10:44
Prácticamente cada día
le pedía a Jehová00:10:47
00:10:48
que trasladaran
a mi hermano y amigo Vadim00:10:51
00:10:51
a esa celda.00:10:52
00:10:53
Cuando Vadim se enteró00:10:54
00:10:54
de que le estaba pidiendo
eso a Jehová, me dijo:00:10:57
00:10:57
“Serguéi, ¡qué inocente eres!00:11:00
00:11:00
Amigo, para los guardias,
tú y yo somos cómplices.00:11:05
00:11:05
Así que la ley no nos permite
estar pared con pared”.00:11:08
00:11:09
Le dije: “Espera y verás”.00:11:12
00:11:13
Por la tarde, alguien vino a mi celda
y me dijo:00:11:17
00:11:17
“¡Levchuk, prepárate
que vamos a trasladarte!”.00:11:20
00:11:20
Me llevaron a otro módulo00:11:22
00:11:22
y, de repente,00:11:23
00:11:23
escuché la voz de Serguéi
a través de la pared.00:11:26
00:11:26
“¿Vadim, eres tú?”.00:11:27
00:11:27
Y le dije: “Sí, soy yo”.00:11:29
00:11:29
“¡Qué alegría —me dijo—,
le había rogado a Jehová que vinieras!”.00:11:33
00:11:33
Cuando me enteré de que había
seguido pidiéndole eso a Jehová,00:11:36
00:11:36
me enojé,00:11:37
00:11:38
porque me había quedado
sin poder hacer mis revisitas.00:11:41
00:11:41
Y les había dicho que les contaría
una historia de la Biblia.00:11:46
00:11:46
Más tarde, me di cuenta
de por qué Jehová había hecho esto.00:11:49
00:11:49
Y es que los dos necesitábamos
apoyo emocional, uno del otro.00:11:53
00:11:53
Y estuvimos juntos dos semanas.00:11:55
00:11:55
Leíamos y comentábamos
el texto diario,00:11:58
00:11:58
y hablábamos de lo que nos decían
en las cartas.00:12:01
00:12:07
Por varios días,00:12:09
00:12:09
me sentí muy deprimido00:12:11
00:12:11
cuando estuve
en una celda de aislamiento.00:12:14
00:12:14
Entonces recibí
un montón de cartas nuevas.00:12:17
00:12:17
Normalmente, hacía dos montones:00:12:19
00:12:19
unas, que quería leer inmediatamente,00:12:21
00:12:21
y otras, que leería después.00:12:23
00:12:23
Pero hubo una que no quería leer.00:12:25
00:12:25
La dejé a un lado, para más adelante.00:12:28
00:12:28
Entonces sentí algo dentro de mí
que me decía: “No, léela ya”.00:12:32
00:12:32
Esa carta respondió mis oraciones.00:12:35
00:12:37
La carta hablaba de cómo Satanás usa
una de sus armas más poderosas.00:12:43
00:12:43
Hablaba del desánimo.00:12:45
00:12:45
Enseguida puse en práctica
lo que decía la carta.00:12:48
00:12:48
Eso me ayudó a librarme
de los pensamientos negativos,00:12:52
00:12:53
y me sentí muchísimo mejor.00:12:56
00:12:56
En todos los sitios,00:12:57
00:12:57
tenía buenas conversaciones00:13:00
00:13:00
con los que estaban
en las celdas de al lado.00:13:03
00:13:03
Hablábamos a través de la pared.00:13:06
00:13:06
Yo me preguntaba00:13:07
00:13:07
por qué me movían tanto
de una celda a otra,00:13:10
00:13:10
por qué no me dejaban
en la misma siempre.00:13:13
00:13:15
Y en ese momento recibí una carta
de una hermana que me decía esto:00:13:19
00:13:20
“Si te mueven de una celda a otra,00:13:22
00:13:22
piensa que te envían
a un nuevo territorio00:13:25
00:13:25
porque ya cubriste el anterior”.00:13:28
00:13:28
Cuando leí la carta, dije:00:13:30
00:13:30
“¡Ahora lo entiendo!”.00:13:32
00:13:32
En sus cartas, los hermanos enviaban00:13:36
00:13:37
de todas partes del mundo
dibujos, pinturas, fotos...00:13:42
00:13:42
Un hermano, por ejemplo,
nos envió este retrato.00:13:46
00:13:46
Somos mi esposa Natalia y yo
sentados en las manos de Jehová.00:13:50
00:13:51
Todo el alimento espiritual que teníamos
era a través de las cartas.00:13:55
00:13:55
Incluso nos escribieron00:13:57
00:13:57
el programa entero
de los tres días de asamblea00:14:00
00:14:00
y nos lo enviaron por carta.00:14:02
00:14:02
Mientras leía las cartas,00:14:04
00:14:04
ya no sentía que estaba arrestado00:14:07
00:14:07
o que estaba en la cárcel.00:14:09
00:14:09
Me sentía con mis amigos.00:14:12
00:14:12
Cuando leía sus cartas,00:14:14
00:14:14
era como si fueran mis invitados.00:14:16
00:14:16
Así que la mitad
de esos tres años y medio de sentencia00:14:20
00:14:20
no me sentía
como si estuviera allí, sin libertad.00:14:23
00:14:23
Todos los días,
cada día que estuve00:14:26
00:14:27
allí en la prisión,00:14:29
00:14:29
le pedía a Jehová
que me diera su paz,00:14:33
00:14:33
que me diera calma.00:14:35
00:14:35
Y bajo esas circunstancias00:14:37
00:14:37
es difícil explicar00:14:39
00:14:39
hasta qué punto
llegas a sentir esa calma.00:14:43
00:14:43
Es justo lo contrario00:14:45
00:14:45
a las circunstancias
en las que te encuentras,00:14:48
00:14:48
las personas que están a tu alrededor00:14:50
00:14:51
o incluso el estado de salud.00:14:53
00:14:54
Pero la paz que tienes por dentro
te hace sentir en calma.00:14:58
00:14:58
Además de eso, pude sentir
el gran apoyo de mis hermanos00:15:02
00:15:02
y el amor de Jehová
durante el juicio,00:15:04
00:15:05
porque siempre había
un montón de hermanos y hermanas00:15:09
00:15:09
allí esperando en el tribunal.00:15:11
00:15:13
Las primeras veces,00:15:15
00:15:15
cuando los hermanos
venían a las audiencias,00:15:18
00:15:18
el Servicio Federal de Seguridad00:15:21
00:15:21
anotaba sus nombres
y los citaban para interrogarlos.00:15:26
00:15:27
Cuando volvíamos
para las siguientes audiencias,00:15:30
00:15:30
allí veíamos a los mismos
hermanos y hermanas.00:15:33
00:15:33
Eso nos daba fuerzas.00:15:35
00:15:35
Veíamos que no tenían miedo,00:15:37
00:15:37
que de verdad querían
estar allí para apoyarnos.00:15:41
00:15:41
Así fue hasta el final.00:15:43
00:15:49
En una carta,00:15:50
00:15:50
recibí el bosquejo
de la Conmemoración.00:15:53
00:15:53
Tenía muchas ganas de dar el discurso.00:15:56
00:15:56
Unos días después,00:15:58
00:15:59
mientras estaba en el patio
haciendo ejercicio,00:16:03
00:16:03
hablé con otro preso,00:16:04
00:16:04
al que le interesaba la Biblia.00:16:06
00:16:07
El día antes de la Conmemoración,
volvimos a hablar.00:16:10
00:16:11
Yo le dije:00:16:12
00:16:12
“¿Sabías que mañana va a tener lugar00:16:16
00:16:16
una celebración por todo el mundo?”.00:16:19
00:16:19
Le expliqué cuál era la celebración,00:16:22
00:16:22
cómo se iba a realizar00:16:23
00:16:23
y que habría un discurso.00:16:25
00:16:25
Me dijo:00:16:26
00:16:27
“¿Tú podrías darlo?”.00:16:28
00:16:29
“Sí”, le respondí.00:16:31
00:16:32
Así que quedamos
en que, al día siguiente,00:16:34
00:16:34
el día de la Conmemoración,00:16:37
00:16:37
yo daría el discurso.00:16:38
00:16:38
Cuando llegó el día,
eran las diez de la noche00:16:43
00:16:43
y el preso seguía ocupado
con otra cosa.00:16:47
00:16:48
Le oré a Jehová: “¿Qué hago?”.00:16:50
00:16:50
Y, a las diez y media,00:16:52
00:16:53
él me gritó:00:16:55
00:16:55
“¡Serguéi, ya estamos listos,00:16:58
00:16:58
puedes empezar!”.00:17:00
00:17:00
Así que empecé a dar el discurso.00:17:02
00:17:03
Solo habían pasado unos minutos,00:17:05
00:17:05
cuando escuché unos pasos.00:17:07
00:17:09
Había un inspector,00:17:10
00:17:10
y se acercó a mi puerta.00:17:12
00:17:13
Me miró a través de ella.00:17:15
00:17:16
Le pregunté:
“¿Está todo bien?”.00:17:19
00:17:19
Me dijo: “Sí, sí, no se preocupe,
siga leyendo”.00:17:24
00:17:24
Yo dije: “¡Jehová, muchísimas gracias!”.
Y seguí con el discurso.00:17:30
00:17:37
Sabía que probablemente
nos separarían a los dos00:17:41
00:17:41
y quizás nos asignarían
a secciones distintas,00:17:44
00:17:45
así que no tendríamos la oportunidad
de apoyarnos el uno al otro00:17:49
00:17:49
y de dirigir las reuniones.00:17:52
00:17:52
Y eso era muy importante para mí.00:17:53
00:17:53
Vadim le explicó a la administración00:17:56
00:17:56
que yo necesitaba de sus cuidados
porque tengo una discapacidad.00:18:02
00:18:03
Y nos lo concedieron.00:18:04
00:18:04
Él fue un gran apoyo espiritual,
emocional y físico.00:18:09
00:18:26
Hacíamos las reuniones juntos.00:18:28
00:18:30
Cada semana,00:18:31
00:18:31
a la misma hora,00:18:33
00:18:34
hacíamos nuestras reuniones.00:18:35
00:18:58
A veces, venían otros
para escuchar el discurso.00:19:03
00:19:12
Vadim y yo siempre orábamos
a la vista de todos,00:19:17
00:19:17
cuando estábamos en el comedor,00:19:19
00:19:19
antes y después de la reunión,00:19:22
00:19:23
y cuando nos íbamos a dormir también.00:19:26
00:19:28
La gente se daba cuenta,00:19:30
00:19:30
y era un testimonio para ellos.00:19:33
00:19:35
Nos respetaban00:19:36
00:19:36
por ser personas de fe.00:19:38
00:19:45
Tenía muy claro que debía aprovechar
muy bien el tiempo,00:19:49
00:19:49
de una manera muy especial.00:19:51
00:19:51
Una y otra vez le hacía
la misma petición a Jehová.00:19:54
00:19:54
Le decía: “Jehová, tú eres el Alfarero
y yo soy el barro.00:19:59
00:19:59
Por favor, moldéame”.00:20:01
00:20:02
Así que, durante los tres años y medio
que estuve allí,00:20:06
00:20:06
todas las situaciones por las que pasé00:20:08
00:20:08
—tanto las buenas como las malas—00:20:10
00:20:10
fueron siempre oportunidades
de que él me moldeara.00:20:13
00:20:13
Durante todas esas pruebas,00:20:15
00:20:16
pude ver y sentir00:20:18
00:20:18
que mi relación con Jehová00:20:19
00:20:19
se hacía cada vez más fuerte,00:20:21
00:20:22
que confiaba más en él.00:20:24
00:20:24
Fue porque en esas circunstancias00:20:27
00:20:27
tenía mucho tiempo para orar.00:20:29
00:20:29
Así que con frecuencia veía que Jehová
respondía oraciones muy específicas.00:20:35
00:20:35
Eso definitivamente me acercó a él.00:20:38
00:20:39
Durante todo el periodo de persecución,00:20:42
00:20:42
me fortalecieron mucho
las palabras de Jeremías 48:10:00:20:46
00:20:47
“¡Maldito el que lleve a cabo
la misión de Jehová sin ganas!”.00:20:51
00:20:51
Mientras me encontraba00:20:52
00:20:52
en aquellas circunstancias
tan difíciles,00:20:54
00:20:54
me di cuenta
de que no podía descuidar00:20:58
00:20:58
mi deber de dar testimonio
del nombre de Jehová00:21:01
00:21:01
por medio de mi conducta.00:21:02
00:21:02
Otra cosa que me dio fuerzas
durante todo ese tiempo00:21:06
00:21:06
fue lo que dice Isaías 57:1500:21:10
00:21:11
y la idea de que Jehová vive
con los “aplastados”,00:21:15
00:21:15
con los que están pasando00:21:17
00:21:17
por un mal momento
en sentido emocional.00:21:19
00:21:21
Entonces, me imaginaba a Jehová
justo al lado mío00:21:25
00:21:25
con su mano sobre mi hombro
y diciéndome:00:21:29
00:21:30
“Todo va a estar bien.00:21:31
00:21:31
Yo estoy contigo”.00:21:33
00:21:33
He visto que todas las pruebas
que él ha permitido,00:21:36
00:21:36
hasta las más difíciles,00:21:38
00:21:38
todas y cada una de ellas
las ha convertido en bendiciones.00:21:42
00:22:07
¡Qué entrevista tan bonita!00:22:09
00:22:09
¿Se fijaron en lo que ellos hicieron00:22:12
00:22:12
para mantener la alegría00:22:13
00:22:13
a pesar de estar
en la cárcel injustamente?00:22:16
00:22:16
Mencionaron lo importante
que fue para ellos00:22:19
00:22:19
no descuidar nunca
la lectura de la Biblia,00:22:23
00:22:23
la oración y las reuniones,00:22:26
00:22:26
incluso estando en prisión.00:22:28
00:22:28
Aprovechaban cualquier oportunidad
para predicar.00:22:32
00:22:32
Y vieron cómo Jehová
les demostraba su amor y su cariño00:22:36
00:22:36
de manera muy personal.00:22:38
00:22:38
Hacemos bien en imitar su ejemplo
para fortalecer nuestra fe00:22:42
00:22:42
y conservar la alegría.00:22:43
00:22:44
Y, hablando de alegría,00:22:46
00:22:46
qué contentos estamos todos
de poder volver a reunirnos en persona,00:22:50
00:22:50
¿verdad que sí?00:22:51
00:22:52
Requiere esfuerzo, eso es cierto.00:22:54
00:22:54
Pero poder ver
a los hermanos y hermanas,00:22:57
00:22:57
escucharlos reírse,00:22:59
00:22:59
cantar y orar a Jehová
junto con ellos...00:23:03
00:23:03
hace que cualquier esfuerzo
valga la pena.00:23:06
00:23:08
Es otro regalo
que nos hace Jehová00:23:10
00:23:10
para que podamos aguantar con alegría.00:23:12
00:23:13
Hermanos, no permitan
que ningún problema, sea cual sea,00:23:18
00:23:18
les robe la alegría de servir a Jehová.00:23:20
00:23:21
Como dice Nehemías 8:10:00:23:23
00:23:30
Queridos hermanos,00:23:31
00:23:32
valoramos muchísimo00:23:33
00:23:33
la profunda alegría
que ustedes conservan00:23:36
00:23:36
a pesar de todos los problemas
que están afrontando.00:23:39
00:23:39
Nos hace quererlos mucho más.00:23:43
00:23:44
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,00:23:47
00:23:47
esto es JW Broadcasting®.00:23:50
2022 | Informe 4 del Cuerpo Gobernante
-
2022 | Informe 4 del Cuerpo Gobernante
¡Bienvenidos, queridos hermanos!
Es un placer estar con ustedes.
En este informe
les vamos a contar brevemente
algunas noticias.
Después, veremos unas entrevistas
muy animadoras.
Estoy seguro de que fortalecerán su fe.
Déjenme que los ponga al día.
A finales de abril,
el hermano Mark Sanderson
viajó a Polonia.
Se celebró una reunión especial
en el Salón de Asambleas de Varsovia
para animar a los hermanos
que se han visto afectados
por la guerra de Ucrania.
Se conectaron al programa
más de 250.000 personas de Polonia,
Ucrania y la región del Donbás.
Un superintendente de circuito
de la región del Donbás escribió:
“Fue un programa maravilloso.
‘Alimento al tiempo debido’.
¡Se nos saltaban las lágrimas de alegría
al ver cuánto nos quiere Jehová!”.
Al concluir el programa,
el hermano Sanderson
y tres miembros del Comité de Sucursal
viajaron 2.500 kilómetros (1.550 millas)
por toda Polonia.
Estuvieron visitando a los refugiados
y a los voluntarios que tanto trabajan
en los Salones de Asambleas,
Salones del Reino y en las fronteras.
Esta fue una maravillosa muestra
del amor que Jehová
le tiene a su pueblo.
Gracias de todo corazón
por sus oraciones
y por sus generosos donativos,
que hacen posibles
las labores de socorro.
El 4 de mayo,
la hermana Valentina Baranóvskaia,
de 71 años,
por fin fue liberada de la prisión.
Llevaba en la cárcel más de un año.
¡Qué bienvenida tan cariñosa le dieron!
Compartimos su alegría,
hermana Valentina.
Pero no olvidamos
que su hijo, Román,
todavía sigue encarcelado por su fe.
No dejamos de orar por ustedes.
El 24 de mayo,
el hermano Dennis Christensen
salió de la cárcel
en la que estaba en Rusia.
Pasó cinco años
en varias instalaciones penitenciarias.
Fue deportado en cuanto quedó libre.
Él y su esposa, Irina,
están ahora a salvo en Dinamarca,
como veremos en el siguiente video.
Hoy es un día muy feliz.
Muy feliz porque al menos yo
pude salir de la prisión,
volver a casa,
a Copenhague, en Dinamarca,
y volver a estar con mis amigos
y con mi querida familia.
También estoy deseando poder tener
una vida de familia más normal
con mi amada esposa, Irina.
Estoy muy contento,
y de verdad que valoro mucho
todo lo que los hermanos han hecho
por mí durante estos cinco años.
Todos esos pensamientos…
todas esas cartas…
todas esas oraciones…
todos los dibujos y los regalitos
que me hicieron los niños
me animaron muchísimo.
Durante todo ese tiempo,
en ningún momento me sentí solo.
Jehová siempre estaba a mi lado.
Su mano me salvaba,
me sostenía y me ayudaba.
Mucha gente me pregunta:
“Ay, Dennis,
¿consiguieron aplastarte en la prisión?
¿Te rompieron por dentro?”.
¡Ni hablar! ¡Eso jamás!
¿Y sabes qué?
Estoy más decidido que nunca
a ser leal a Jehová.
Resuelto a predicar
las buenas noticias,
y a ayudar a mis hermanos
y a otras personas
a alcanzar sus metas.
Todos queremos llegar al Paraíso.
Allí tendremos la oportunidad
de servir y alabar a Jehová
para siempre.
Así que no, no estoy roto.
No, no estoy aplastado.
Sigo aquí.
¡Estoy de vuelta!
¡Estamos muy felices, Irina y Dennis!
Su fe y su lealtad
nos fortalecen a todos.
¡Qué bueno tenerlos con nosotros!
Aunque estamos muy contentos
por estas noticias,
tenemos muy presente
que en el mundo
todavía hay
más de 150 hermanos y hermanas
encarcelados por su fe.
En Rusia, cuatro hermanos
están cumpliendo condenas
de ocho años de prisión,
y una hermana está cumpliendo
una condena de seis años.
Hebreos 13:3 dice:
¿Cómo podemos demostrar
que nos acordamos de estos hermanos?
Si vivimos cerca,
tal vez podamos ayudarlos
de manera práctica.
Pero todos podemos orar por ellos
y por sus familiares día tras día.
También podemos meditar
en su gran ejemplo.
Cuando vemos que estos hermanos
aguantan condenas injustas
sin perder la alegría,
nos sentimos motivados
a imitar su fe
y a aguantar las pruebas
por las que nosotros
estemos pasando ahora.
Y nos da la seguridad
de que aguantaremos con alegría
lo que venga en el futuro.
En las siguientes entrevistas,
dos hermanos de Rusia
nos contarán su historia.
Aguantaron fielmente
casi cuatro años en prisión
sin perder la alegría.
Mi caso comenzó
el 22 de julio de 2018.
Recuerdo que era domingo
y estábamos en plena reunión.
Cuando terminó el registro,
me dijeron que tenía que ir con ellos.
Y los acompañé.
Abrí la puerta porque los agentes
del FSB (Servicio Federal de Seguridad)
no paraban de llamar al timbre.
Unos segundos después,
escuché el sonido de cristales rotos.
Eran de la terraza.
Habían echado abajo la puerta.
Cuando mi esposa fue a decirles
que la puerta ya estaba abierta,
para que no la rompieran,
le cayó un trozo de cristal en la frente
y se la cortó.
Y otro le cortó una vena de la mano.
Los agentes se acercaron a mí
y me enseñaron la orden de registro.
Y yo les dije:
“No me interesa ahora la orden.
¡Llamen a una ambulancia!”.
Quería que la llevaran al hospital,
pero ella decidió quedarse conmigo.
¡Estuvieron cinco horas
registrando la casa!
Me acabaron encerrando.
Dos días después
se celebró una audiencia
y me pusieron bajo arresto
en un centro de prisión preventiva.
Lo más difícil
de toda la persecución
fue estar en la celda de castigo.
Cuando entré allí,
o bueno, más bien,
cuando me arrojaron a esa celda
los guardias de la prisión,
lo primero que oí fue:
“¡De rodillas!”.
Les contesté que yo
solo me arrodillaba ante Dios.
Se pusieron a gritarme
y a burlarse de mí.
Yo no entendía qué era
lo que me estaban pidiendo
o qué querían de mí.
La verdad, no entendía
por qué me estaba pasando esto.
Pasaron horas hasta que supe
que querían información
sobre dos hermanos
que habían detenido cerca de allí.
Entonces pusieron
instrumentos de tortura delante de mí
y me dijeron que no lo iba a aguantar,
que más me valía
cooperar con ellos.
Pero yo no dije nada
que pudieran usar contra los hermanos
porque sabía
que cualquier cosa que dijera
podría empeorar su situación.
En aquel centro
las cosas no eran nada fáciles.
Cada día, de la mañana a la noche,
se escuchaba la radio.
Se oía muy alto.
Molestaba mucho,
y la gente hablaba sin parar.
Unos meses después,
me llevaron a una celda de aislamiento.
Estaba preocupado.
“¿A quién le iba a predicar?
¿Y me dejarían encerrado allí
todo el tiempo?”.
Recuerdo que esa noche
le oré muchísimo a Jehová.
Unos días después,
pusieron a un hombre en la celda
que estaba justo al lado de la mía.
Aquel hombre
llevaba 13 años en prisión.
Durante el último año,
le había estado dando vueltas
a asuntos religiosos,
incluso había empezado a leer la Biblia.
Hablábamos casi todos los días
durante horas de cosas espirituales.
Le cantaba canciones del Reino
y le leía los textos bíblicos
que me mandaban
los hermanos en las cartas.
Uno de los que estaban
en las celdas de castigo
colaboraba con los guardias.
Era un hombre muy fuerte,
parecía una montaña de músculos.
De repente, caí en la cuenta
de que lo que tenía enfrente de mí
era en un 80 % agua, solo agua.
Y, no sé, creo que hasta sonreí
en ese momento.
Pero de lo que estoy seguro
es de que fue Jehová
quien me hizo pensar así.
Eso cambió mi forma de ver
a aquellas personas.
Al lado de mi celda
había otra celda de aislamiento,
y casi siempre estaba vacía.
Prácticamente cada día
le pedía a Jehová
que trasladaran
a mi hermano y amigo Vadim
a esa celda.
Cuando Vadim se enteró
de que le estaba pidiendo
eso a Jehová, me dijo:
“Serguéi, ¡qué inocente eres!
Amigo, para los guardias,
tú y yo somos cómplices.
Así que la ley no nos permite
estar pared con pared”.
Le dije: “Espera y verás”.
Por la tarde, alguien vino a mi celda
y me dijo:
“¡Levchuk, prepárate
que vamos a trasladarte!”.
Me llevaron a otro módulo
y, de repente,
escuché la voz de Serguéi
a través de la pared.
“¿Vadim, eres tú?”.
Y le dije: “Sí, soy yo”.
“¡Qué alegría —me dijo—,
le había rogado a Jehová que vinieras!”.
Cuando me enteré de que había
seguido pidiéndole eso a Jehová,
me enojé,
porque me había quedado
sin poder hacer mis revisitas.
Y les había dicho que les contaría
una historia de la Biblia.
Más tarde, me di cuenta
de por qué Jehová había hecho esto.
Y es que los dos necesitábamos
apoyo emocional, uno del otro.
Y estuvimos juntos dos semanas.
Leíamos y comentábamos
el texto diario,
y hablábamos de lo que nos decían
en las cartas.
Por varios días,
me sentí muy deprimido
cuando estuve
en una celda de aislamiento.
Entonces recibí
un montón de cartas nuevas.
Normalmente, hacía dos montones:
unas, que quería leer inmediatamente,
y otras, que leería después.
Pero hubo una que no quería leer.
La dejé a un lado, para más adelante.
Entonces sentí algo dentro de mí
que me decía: “No, léela ya”.
Esa carta respondió mis oraciones.
La carta hablaba de cómo Satanás usa
una de sus armas más poderosas.
Hablaba del desánimo.
Enseguida puse en práctica
lo que decía la carta.
Eso me ayudó a librarme
de los pensamientos negativos,
y me sentí muchísimo mejor.
En todos los sitios,
tenía buenas conversaciones
con los que estaban
en las celdas de al lado.
Hablábamos a través de la pared.
Yo me preguntaba
por qué me movían tanto
de una celda a otra,
por qué no me dejaban
en la misma siempre.
Y en ese momento recibí una carta
de una hermana que me decía esto:
“Si te mueven de una celda a otra,
piensa que te envían
a un nuevo territorio
porque ya cubriste el anterior”.
Cuando leí la carta, dije:
“¡Ahora lo entiendo!”.
En sus cartas, los hermanos enviaban
de todas partes del mundo
dibujos, pinturas, fotos...
Un hermano, por ejemplo,
nos envió este retrato.
Somos mi esposa Natalia y yo
sentados en las manos de Jehová.
Todo el alimento espiritual que teníamos
era a través de las cartas.
Incluso nos escribieron
el programa entero
de los tres días de asamblea
y nos lo enviaron por carta.
Mientras leía las cartas,
ya no sentía que estaba arrestado
o que estaba en la cárcel.
Me sentía con mis amigos.
Cuando leía sus cartas,
era como si fueran mis invitados.
Así que la mitad
de esos tres años y medio de sentencia
no me sentía
como si estuviera allí, sin libertad.
Todos los días,
cada día que estuve
allí en la prisión,
le pedía a Jehová
que me diera su paz,
que me diera calma.
Y bajo esas circunstancias
es difícil explicar
hasta qué punto
llegas a sentir esa calma.
Es justo lo contrario
a las circunstancias
en las que te encuentras,
las personas que están a tu alrededor
o incluso el estado de salud.
Pero la paz que tienes por dentro
te hace sentir en calma.
Además de eso, pude sentir
el gran apoyo de mis hermanos
y el amor de Jehová
durante el juicio,
porque siempre había
un montón de hermanos y hermanas
allí esperando en el tribunal.
Las primeras veces,
cuando los hermanos
venían a las audiencias,
el Servicio Federal de Seguridad
anotaba sus nombres
y los citaban para interrogarlos.
Cuando volvíamos
para las siguientes audiencias,
allí veíamos a los mismos
hermanos y hermanas.
Eso nos daba fuerzas.
Veíamos que no tenían miedo,
que de verdad querían
estar allí para apoyarnos.
Así fue hasta el final.
En una carta,
recibí el bosquejo
de la Conmemoración.
Tenía muchas ganas de dar el discurso.
Unos días después,
mientras estaba en el patio
haciendo ejercicio,
hablé con otro preso,
al que le interesaba la Biblia.
El día antes de la Conmemoración,
volvimos a hablar.
Yo le dije:
“¿Sabías que mañana va a tener lugar
una celebración por todo el mundo?”.
Le expliqué cuál era la celebración,
cómo se iba a realizar
y que habría un discurso.
Me dijo:
“¿Tú podrías darlo?”.
“Sí”, le respondí.
Así que quedamos
en que, al día siguiente,
el día de la Conmemoración,
yo daría el discurso.
Cuando llegó el día,
eran las diez de la noche
y el preso seguía ocupado
con otra cosa.
Le oré a Jehová: “¿Qué hago?”.
Y, a las diez y media,
él me gritó:
“¡Serguéi, ya estamos listos,
puedes empezar!”.
Así que empecé a dar el discurso.
Solo habían pasado unos minutos,
cuando escuché unos pasos.
Había un inspector,
y se acercó a mi puerta.
Me miró a través de ella.
Le pregunté:
“¿Está todo bien?”.
Me dijo: “Sí, sí, no se preocupe,
siga leyendo”.
Yo dije: “¡Jehová, muchísimas gracias!”.
Y seguí con el discurso.
Sabía que probablemente
nos separarían a los dos
y quizás nos asignarían
a secciones distintas,
así que no tendríamos la oportunidad
de apoyarnos el uno al otro
y de dirigir las reuniones.
Y eso era muy importante para mí.
Vadim le explicó a la administración
que yo necesitaba de sus cuidados
porque tengo una discapacidad.
Y nos lo concedieron.
Él fue un gran apoyo espiritual,
emocional y físico.
Hacíamos las reuniones juntos.
Cada semana,
a la misma hora,
hacíamos nuestras reuniones.
A veces, venían otros
para escuchar el discurso.
Vadim y yo siempre orábamos
a la vista de todos,
cuando estábamos en el comedor,
antes y después de la reunión,
y cuando nos íbamos a dormir también.
La gente se daba cuenta,
y era un testimonio para ellos.
Nos respetaban
por ser personas de fe.
Tenía muy claro que debía aprovechar
muy bien el tiempo,
de una manera muy especial.
Una y otra vez le hacía
la misma petición a Jehová.
Le decía: “Jehová, tú eres el Alfarero
y yo soy el barro.
Por favor, moldéame”.
Así que, durante los tres años y medio
que estuve allí,
todas las situaciones por las que pasé
—tanto las buenas como las malas—
fueron siempre oportunidades
de que él me moldeara.
Durante todas esas pruebas,
pude ver y sentir
que mi relación con Jehová
se hacía cada vez más fuerte,
que confiaba más en él.
Fue porque en esas circunstancias
tenía mucho tiempo para orar.
Así que con frecuencia veía que Jehová
respondía oraciones muy específicas.
Eso definitivamente me acercó a él.
Durante todo el periodo de persecución,
me fortalecieron mucho
las palabras de Jeremías 48:10:
“¡Maldito el que lleve a cabo
la misión de Jehová sin ganas!”.
Mientras me encontraba
en aquellas circunstancias
tan difíciles,
me di cuenta
de que no podía descuidar
mi deber de dar testimonio
del nombre de Jehová
por medio de mi conducta.
Otra cosa que me dio fuerzas
durante todo ese tiempo
fue lo que dice Isaías 57:15
y la idea de que Jehová vive
con los “aplastados”,
con los que están pasando
por un mal momento
en sentido emocional.
Entonces, me imaginaba a Jehová
justo al lado mío
con su mano sobre mi hombro
y diciéndome:
“Todo va a estar bien.
Yo estoy contigo”.
He visto que todas las pruebas
que él ha permitido,
hasta las más difíciles,
todas y cada una de ellas
las ha convertido en bendiciones.
¡Qué entrevista tan bonita!
¿Se fijaron en lo que ellos hicieron
para mantener la alegría
a pesar de estar
en la cárcel injustamente?
Mencionaron lo importante
que fue para ellos
no descuidar nunca
la lectura de la Biblia,
la oración y las reuniones,
incluso estando en prisión.
Aprovechaban cualquier oportunidad
para predicar.
Y vieron cómo Jehová
les demostraba su amor y su cariño
de manera muy personal.
Hacemos bien en imitar su ejemplo
para fortalecer nuestra fe
y conservar la alegría.
Y, hablando de alegría,
qué contentos estamos todos
de poder volver a reunirnos en persona,
¿verdad que sí?
Requiere esfuerzo, eso es cierto.
Pero poder ver
a los hermanos y hermanas,
escucharlos reírse,
cantar y orar a Jehová
junto con ellos...
hace que cualquier esfuerzo
valga la pena.
Es otro regalo
que nos hace Jehová
para que podamos aguantar con alegría.
Hermanos, no permitan
que ningún problema, sea cual sea,
les robe la alegría de servir a Jehová.
Como dice Nehemías 8:10:
Queridos hermanos,
valoramos muchísimo
la profunda alegría
que ustedes conservan
a pesar de todos los problemas
que están afrontando.
Nos hace quererlos mucho más.
Desde la central mundial
de los testigos de Jehová,
esto es JW Broadcasting®.
-