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Un desastre natural puede marcar un
antes y un después en nuestra vida.
Puede arrebatarnos
todo lo que tenemos,
incluso a nuestros seres queridos.
Muchas personas piensan que los
desastres naturales vienen de Dios,
o hasta que son un castigo divino.
Hay quienes opinan que,
como Dios creó el universo
y tiene el poder de controlar
las fuerzas de la naturaleza,
cuando ocurre un desastre natural,
tiene que ser obra suya.
Estábamos en la quinta planta
del edificio donde vivíamos,
cuando de repente, sin esperarlo,
empezó un terremoto.
Todo empezó a temblar y, en unos
segundos, el edificio se vino abajo.
El huracán lo destrozó todo.
Estaba muerta de miedo.
Cuando me desperté, vi que estaba
atrapada, no podía moverme.
Estuve así durante dos días hasta que
el equipo de rescate me encontró.
Cuando me llevaron al hospital,
vieron que estaba muy grave.
Las heridas eran tan grandes que
tuvieron que amputarme una pierna.
Yo no paraba de repetirme:
“Somos buenas personas,
¿por qué Dios ha permitido esto?”.
Me preguntaba:
“¿Qué habré hecho para que Dios
esté tan enojado conmigo?”.
¿Es cierto que Dios nos envía
los desastres naturales?
En 1 Juan 4:8,
la Biblia nos asegura que la cualidad
más importante de Dios es el amor.
De hecho, dice que “Dios es amor”.
Él desea que seamos felices,
que disfrutemos de todas las cosas
hermosas que ha creado,
y que las fuerzas naturales
del planeta nos beneficien.
En la Biblia no hay nada que indique
que Dios está usando en nuestros
tiempos las fuerzas de la naturaleza
para castigar a ninguna persona,
sea buena o mala.
Aun así, los desastres naturales
siguen ocurriendo
y siguen causando sufrimiento
y muerte a muchas personas,
incluyendo personas buenas.
Si Dios nos quiere
y él no nos envía los desastres,
entonces, ¿por qué suceden?
Aprendí que Dios no es el culpable
del sufrimiento,
sino que a todos nos puede ocurrir
algún “suceso imprevisto”;
y eso no quiere decir que Dios
está enojado con nosotros.
Un día, una amiga
—que también había perdido sus
piernas debido al terremoto—
me contó que los testigos de Jehová
le habían enseñado con la Biblia
que la Tierra será un paraíso.
Volveremos a tener piernas.
Podremos volver a andar,
correr y bailar.
Me di cuenta de que Dios me quiere
y de que va a hacer
que todo sea maravilloso.
Cuando leí en Isaías 35:6
que Jehová Dios promete que
“el cojo trepará como un ciervo”,
por fin entendí que un Dios así
nunca le haría daño a la gente buena.
Me habían contado mentiras
sobre Dios,
pero ahora sé que todo lo que
Jehová ha prometido se cumplirá.
La Biblia enseña con claridad
que Dios no es el responsable
de los desastres naturales.
De hecho, él ha prometido que
eliminará todo lo que nos hace sufrir.
“Las cosas anteriores”,
entre ellas los desastres naturales,
habrán desaparecido.
Pero, si Dios es amor,
Para saber la respuesta que
da la Biblia a estas y otras preguntas,
visite jw.org.

¿Los desastres naturales vienen de Dios?