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Desde que los primeros seres humanos
rechazaron a Jehová como gobernante,
el mundo ha estado lleno
de maldad y sufrimiento.
Pero Jesús nos dio esperanza.
Él enseñó que cuando fuera
Rey del Reino de Dios
le devolvería la paz
y la justicia a la Tierra.
Pero ¿cuándo empezaría
a gobernar ese Reino?
Según la Biblia,
ya está gobernando.
¿Cómo lo sabemos?
Veamos lo que pasó
hace unos 2.600 años.
Jehová hizo que un rey
de la antigua Babilonia
llamado Nabucodonosor tuviera un sueño
en el que vio un árbol altísimo
que llegaba hasta el cielo.
El árbol fue cortado, pero se dejó
parte del tronco y sus raíces.
Después de un periodo
de “siete tiempos”,
el árbol volvió a crecer.
La Biblia da a entender
que este sueño fue una profecía
que tendría dos cumplimientos.
El primero se cumplió
en el propio Nabucodonosor.
Él era un rey muy poderoso;
era como el árbol
que llegaba hasta el cielo.
Pero fue “cortado” por “siete tiempos”.
¿Qué fue lo que pasó?
Que Nabucodonosor se volvió loco
y durante siete años no pudo gobernar.
Al final de estos siete tiempos,
Nabucodonosor recuperó la cordura
y volvió a gobernar.
Ese fue el primer cumplimiento
de esta profecía.
El segundo cumplimiento estuvo
muy relacionado con Dios y su gobierno.
La Biblia dice que los reyes
del antiguo Israel
se sentaban “en el trono de Jehová”,
es decir, representaban
a Dios y su gobierno.
Sin embargo, la mayoría de estos reyes
desobedecieron a Jehová,
y la gente del pueblo hizo lo mismo.
Como fueron desobedientes,
Jehová permitió que los babilonios
conquistaran a los israelitas
y destruyeran Jerusalén
en el año 607 antes de nuestra era.
Desde entonces ya no hubo reyes
en Jerusalén que representaran a Jehová.
Así que los siete tiempos,
es decir el periodo de tiempo
en el que el gobierno de Dios
quedaría interrumpido,
comenzaron en el año 607
antes de nuestra era.
Ese periodo terminaría cuando Jehová
volviera a colocar un rey
que lo representara,
pero esta vez ese rey
estaría en el cielo.
¿Y cuándo pasó eso?
En el segundo cumplimiento
de esta profecía,
los siete tiempos no pueden ser
solamente siete años.
¿Cómo lo sabemos?
Por un lado, siete años después
de que Jerusalén fue destruida,
no pasó nada importante que tuviera
que ver con el gobierno de Dios.
Además, siglos después,
Jesús dio a entender
que para ese entonces
los siete tiempos no habían terminado.
En una profecía sobre los últimos días,
Jesús dijo que Jerusalén,
o el gobierno de Dios,
sería “pisoteada por las naciones”
hasta que se cumplieran
“los tiempos señalados de las naciones”.
“Los tiempos señalados de las naciones”
son lo mismo que los “siete tiempos”.
¿Cuándo acabarían esos “tiempos”?
En el libro de Apocalipsis se explica
que tres tiempos y medio
equivalen a 1.260 días.
Siete tiempos es el doble,
es decir, 2.520 días.
En algunas profecías de la Biblia,
un día equivale a un año.
Eso es lo que ocurre
con la profecía de los siete tiempos:
2.520 días equivalen a 2.520 años.
Si contamos 2.520 años
desde el 607 antes de nuestra era,
llegamos hasta el año 1914
de nuestra era.
En ese año acabaron los siete tiempos
y Jesús comenzó a reinar desde el cielo
como Rey del Reino de Dios.
En ese momento, comenzó
un periodo de tiempo
al que la Biblia llama
“los últimos días”.
Pronto Jesús terminará
de reunir en el cielo
a quienes gobernarán con él.
El Reino de Dios acabará
con todos los problemas
que nos hacen sufrir a nosotros
y a nuestras familias.
¡Imagínese cómo será su vida
cuando lo gobierne un rey
que de verdad se preocupa por usted!

El Reino de Dios empezó a gobernar en 1914